Hace unos años recordé a un gran orador que hablaba sobre la riqueza de los países. Él decía que la riqueza se encontraba en los cementerios: allí existen negocios que jamás se hicieron, libros que jamás se escribieron e historias que jamás se contaron.
Por eso quiero agradecer a Marcos Grisi por la oportunidad que nos da a todos nosotros de poder contar nuestras historias y nuestras anécdotas. A través de su blog, es posible transmitir las vivencias a otras generaciones y a otras personas, motivándolas a conocer experiencias de vida diferentes.
Luego de haber publicado y compartido mi historia por las redes sociales, mucha gente que no se contactaba conmigo hace años empezó a comunicarse otra vez. Un amigo de Santa Cruz me invitó a un almuerzo, donde me contó que su señora se emocionó hasta las lágrimas cuando leyó el relato, ya que su hijo estaba viviendo una experiencia muy parecida.
También he recibido invitaciones a charlas motivacionales de coach ontológicos, donde me pidieron que cuente mi historia para inspirar a mucha otra gente.
Vale la pena tomarse el tiempo para contar estas historias y ponerlas por escrito, y reflexionar sobre cómo ellas pueden cambiar la vida de las personas.
Así que Marcos, muchas gracias, que Dios te bendiga.
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