Familia Roda: ciento nueve años aportando al desarrollo de Bolivia

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La historia de la familia Roda en Bolivia se inició en 1909 cuando Recaredo, un joven de dieciséis años, partió de Valencia rumbo a Buenos Aires. Llegó a Santa Cruz dos años después como ayudante de un francés, acarreando mulas.

El relato a continuación se basa en los recuerdos de dos hijas de Recaredo: Elena, actualmente de noventa años, y Graciela (Chachi), de ochenta. También aportaron en la recopilación y validación de datos históricos varios miembros de la familia Roda.

BENASSAL

El lugar de origen de la familia Roda es Benassal, un municipio de la provincia de Castellón, Comunidad Valenciana, España. En este pueblo, de aproximadamente 3000 personas, vivía el matrimonio formado por Cristóbal Roda Beltrán y Elena García Prats.

La pareja tuvo seis hijos: Benjamín (1877), Cristóbal, Enrique, José, Fausta y Recaredo (1893). Entre el mayor y el menor había dieciséis años de diferencia.

Mapa Benassal

Las siguientes fotos de Benassal fueron tomadas el año 2019 por un bisnieto de Recaredo, buscando los orígenes de la familia:

La mamá de la familia, doña Elena García, falleció en el nacimiento de Recaredo. No se sabe qué ocurrió con el padre. En cuanto a los hermanos, Benjamín se casó pero no tuvo hijos. José falleció en 1919 a causa de la gripe española dejando a una sola hija, Leonor, cuya descendencia vive actualmente en Barcelona.

Fausta también se casó dejando a un solo hijo, Gerardo. Ella vivió en Barcelona durante muchos años, donde fue dueña de un gran almacén. No se sabe el año de su fallecimiento.

Por su lado, Enrique tuvo una hija, Elena Roda Montane, quien vivía en Barcelona. Elena fue la única, de los descendientes de los hermanos de Recaredo, que visitó Santa Cruz para conocer a la familia.

De quien no se tiene noticias es de Cristóbal Roda García. Es muy posible que haya fallecido en la epidemia de cólera que azotó España a finales del siglo XIX.

UNA TRAVESURA QUE TERMINÓ EN EL ATLÁNTICO

Ante el fallecimiento de la mamá en el parto, Benjamín, el hermano mayor, se hizo cargo de la crianza de Recaredo. La educación del muchacho quedó a cargo de un tío que era sacerdote católico. Recaredo contó, años después: “Mi tío me hizo tragar tantas hostias que me duraron para toda la vida”.

Benjamín tenía una carnicería en el pueblo, donde el hermanito ayudaba con los quehaceres. Sucede que un día, por el año 1909, al final de la tarde, el muchacho se quedó solo en la tienda. Sin avisar a su hermano mayor, sacó todo el dinero de la caja para comprar un ramo de flores y así poder entregarlas a una doncella que le gustaba.

Al volver Benjamín y enterarse de lo que hizo su hermano, montó en cólera y quiso alcanzarle para darle su merecido. Recaredo huyó del pueblo, llegó a Castellón de la Plana, la capital de la provincia y, posteriormente, a la gran ciudad de Valencia. Sin saber adónde más ir, terminó su carrera en el puerto de la ciudad.

Subió a un barco carguero para esconderse, pero ya no pudo salir de allí. El barco levantó anclas y partió rumbo a Buenos Aires. No tenía boleto pagado, así que estaba de polizón. La travesía por el océano Atlántico duró un par de meses, tiempo en el que Recaredo ha debido hacer amistades que le ayudaran a sobrevivir el viaje.

BUENOS AIRES Y ARRIBO A BOLIVIA

Llegó a Buenos Aires sin conocer a nadie. Consiguió trabajo en lo que sabía hacer: labores de carnicero. Trabajó algunos meses en ese oficio, pero parece que no le fue muy bien, así que buscó otras alternativas.

Conoció a un francés que arreaba mulas desde un punto en la provincia de Buenos Aires, pasando por Salta, hasta la pequeña ciudad de Santa Cruz, en Bolivia. Se ofreció como ayudante, a lo que el francés le dijo: “Me gustas, españolito”, y lo contrató. Trabajó para el mulero por varios meses, sin recibir paga por su trabajo.

Cuando hizo el tercer viaje, ya en Santa Cruz, conoció al Sr. José Cronenbold, quien era prefecto del departamento el año 1911. Le comentó que había hecho el viaje tres veces con el francés acarreando mulas y que este no le pagaba nada todavía. Cronenbold le respondió: “Dígale a su patrón que venga mañana en la mañana a hablar conmigo”.

El mulero compareció ante el prefecto al día siguiente y, en respuesta a sus preguntas, le confirmó que el joven Recaredo había arreado mulas con él por dos viajes y que no le había pagado nada aún. El prefecto le increpó: “Usted es un pícaro. Hemos escuchado que acostumbra emplear muchachos jóvenes que no tienen familia y, en el camino, no le cuesta nada matarlos para no pagarles”.

Le preguntó a Recaredo cuánto era el sueldo que acordaron, a lo que el joven le respondió que nunca hablaron de una cifra. Entonces Cronenbold le dijo al mulero: “Bueno, hagamos un salario medio y calculemos el tiempo. Usted le va a pagar ahora este monto, si no lo hace lo meto preso, elija. Además de meterlo preso, enviaré una comisión a Argentina para que investiguen qué pasó con sus anteriores ayudantes”. Luego, ordenó a uno de sus guardias que acompañase al francés a su pensión, para asegurarse de que no se escape.

El mulero estaba alojado en el Gran Hotel Centenario, ubicado en una esquina de la plaza frente a la catedral (en la actual intersección de las calles René Moreno y Sucre). Ante la posibilidad de verse retenido en Santa Cruz, no hizo ninguna treta. Volvió a la oficina del prefecto y, en su presencia, pagó al joven Recaredo el sueldo calculado por sus dos años de servicio. Fue así cómo José Recaredo Roda García logró, a sus dieciocho años, su primer salario en Bolivia.

LOS PRIMEROS AÑOS

El sueldo que le pagaron constituía todo su capital, así que tuvo que moverse rápido para poder subsistir en Santa Cruz, una pequeña ciudad que en esa época tenía alrededor de 20 000 habitantes. Buscó la amistad de otros españoles que vivían en el poblado, entre ellos José Capdevilla y el mismo dueño del hotel Centenario, el señor Emilio Tarradelles y Aguilá.

José Capdevilla le comentó que trabajaba con su suegro en una finca por el norte de Santa Cruz, cerca de Warnes. Como él no entendía mucho de labores de campo, se le ocurrió que podría ser una buena oportunidad para que Recaredo sea contratado como ayudante. Le indicó que su suegro estaría encantado de conocerlo, porque al parecer era un muchacho dispuesto a todo. Hasta donde sabemos, llegó a trabajar varios años en esa finca.

Recaredo hizo una amistad que duró muchos años con Tarradelles, el dueño del hotel. Este acababa de casarse con Rengel Martínez, quien tenía solo catorce años. En esa época, las mujeres se casaban muy jóvenes. Es posible que la pareja haya empezado su vida matrimonial en el mismo hotel, que también servía de vivienda. Aquí también, como negocio adicional, Tarradelles administraba un almacén que tenía billares y alquilaba bicicletas.

Otro amigo íntimo de Recaredo fue don Germán Cibrián, quien llegó en 1914 de Aranda del Duero. Junto con Germán llegaron otros dos españoles, don Ricardo Gonzales y don Juan Olagharay. Con los años también disfrutó de la amistad de don Salvador Ric Darné, con quien compartió muchos momentos en la ciudad.

PRUDENCIA, MILAGROS, RENGEL, STAEL… 

Rengel, la muchacha recién casada con Tarradelles, era la hija mayor de María de los Milagros Roca Hurtado, una mujer con una historia muy particular.

María de los Milagros (o Milagros, para usar un nombre corto) en su juventud era una muchacha muy inquieta. Se subía a los segundos pisos de las casas o a los techos para lanzar objetos a los transeúntes, por el solo hecho de molestarlos y divertirse. Ocurrió un día que, en un descuido, se cayó, golpeándose la cabeza. Su madre, Prudencia Hurtado, estaba de viaje por el norte argentino y no la pudo auxiliar.

Las consecuencias del accidente le duraron toda la vida. Se quedó parcialmente sorda y con dificultades de habla. Debido a esta condición, Prudencia nunca permitió que su hija se casara.

El hecho de no casarse no impidió que Milagros tuviese diferentes parejas, con quienes concibió tres hijos. La primera hija fue Rengel Martínez Roca, hija de Maderade Martínez, nacida en 1897. Tres años después, el 10 de noviembre de 1900, nació Stael Daza Roca, hija de Ernesto Daza, un político chuquisaqueño. Unos años más tarde, nació el último hijo de Milagros, Ernesto Roca. No recordamos el nombre del padre.

La segunda hija de Milagros, Stael, recibió un nombre que no era muy común en la época. La iniciativa de ponerle ese nombre provino de su abuela Prudencia. Resulta que Prudencia era una mujer de armas llevar, muy fuerte de carácter. No tuvo miedo de irse hasta Salta a lomo de caballo a visitar a su hermano, enfrentando los peligros en el camino, entre ellos los bárbaros que atacaban a las caravanas.

Una de las autoras favoritas de Prudencia era Madame de Staël, una escritora francosuiza precursora del feminismo, quien vivió a principios del siglo XIX. Cuando nació la segunda hija de Milagros, Prudencia no dudó en poner a su nieta el nombre de dicha escritora.

Historias de vida - Familia Roda
Milagros, mamá de Stael.

CAMINO AL ALTAR

El Gran Hotel Centenario fue, muy posiblemente, el punto de encuentro entre Recaredo Roda y su futura esposa, Stael Daza. Cuando él llegó a Santa Cruz, en 1911, ella era todavía una niña de once años. Con el paso del tiempo, ambos se hicieron cada vez más cercanos. Sin duda, cuando Recaredo llegaba del campo se alojaba en el hotel, así tenía oportunidad de ver a la hermana menor de Rengel.

En 1915, cuando él tenía veintidós y ella quince años, Recaredo pidió permiso a mamá Milagros para casarse con su hija, lo cual Milagros aceptó. La boda se llevó a cabo ese mismo año. Apenas casados, la pareja se trasladó a Warnes, la ciudad más próxima al trabajo de campo donde él estaba empleado.

NACIMIENTO DE LOS HIJOS

La primera hija del matrimonio fue Mercedes, en 1916. Recaredo tuvo la particularidad de hacer también de partero, quien recibía a los bebés. Fueron en total trece niños que nacieron entre 1916 hasta 1944, como sigue a continuación:

Historia de familia en Bolivia

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Recaredo, Stael, Tito y Enrique (foto de 1921).

Recaredo era un trabajador incansable, de carácter muy sobrio, discreto y de decisiones firmes. Siempre estaba dispuesto a prestar ayuda, en especial a los españoles que llegaban como inmigrantes, en las mismas condiciones que él años atrás.

Stael, por otro lado, era una mujer de naturaleza alegre, tal como se caracterizan las mujeres orientales. De estatura mediana y muy ágil, miraba las situaciones de la vida en forma positiva. Siempre dispuesta, llana a dar charla, a invitar un refresco, a recibir con amabilidad a todo aquel que pasara a visitarla.

La combinación de ambas personalidades dio como fruto un hogar equilibrado, en el que la educación de los niños mezclaba el concepto de trabajo duro con un sentido de pertenencia y amor entre los hermanos.

CHANÉ

A mediados de los años veinte se presentó a Recaredo una oportunidad de comprar tierras al señor Rodrigo Bañón, en un lugar cerca al río Chané, a tres kilómetros de Warnes. La propiedad se denominó simplemente Chané.

Los esfuerzos para desarrollar esta propiedad fueron muchos. Recaredo se concentró en la siembra de café, arroz, maíz y algo de caña de azúcar. Los caminos eran malos. Para llegar a la ciudad había que recurrir a carretones tirados por bueyes, que tardaban varios días en alcanzar destino.

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Recaredo supervisando los cultivos de café (foto de 1942).
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Recaredo supervisando la construcción del aljibe en Chané.

En la hacienda también trabajaba Stael, haciendo turnos en la molienda de caña y en el alambique para producir alcohol. Asimismo, supervisaba el abastecimiento de víveres para la familia y los trabajadores que apoyaban en la siembra y cosecha de los diferentes cultivos.

El primero de los hijos en trabajar en Chané fue Enrique, por el año 1938. Apenas se graduó de bachiller, decidió dejar de lado sus aspiraciones a estudiar Derecho para involucrarse en el manejo de la propiedad. Tiempo después viviría en la casa junto con su esposa Titi Busch (actualmente de ochenta y cinco años) y su familia.

También participaron en la actividad agrícola Tito y Pepe, quienes vivieron varios años en el lugar junto con sus esposas e hijos. De la misma manera Win, su esposa Melvy Rodas (actualmente de ochenta y tres años) y sus hijos estuvieron en Chané por muchos años.

Tito trajo una variedad de café desde Colombia que fue explotado en gran escala en la hacienda. Con el tiempo, Chané Roda fue el mayor productor de café del país, incluso a nivel exportador. Posteriormente se ampliaron los cultivos hacia la caña de azúcar, junto al nacimiento de los ingenios azucareros en Santa Cruz. 

LA CASA EN CHANÉ

La casa de la hacienda, construida bajo la dirección de Recaredo, se edificó a orillas del río Chané. Constaba de dos plantas y un gran patio interior enladrillado, el cual tenía al centro un aljibe. Se estrenó para el matrimonio de Tito y Rita, en diciembre de 1944. El festejo, al que asistieron todas las familias amigas de Santa Cruz y Warnes, duró tres días. Los pajes en la ceremonia fueron Chachi, de cinco años, y Chacho, de siete.

En el patio de la casa secaba el café a pleno sol, para después llevarlo en la noche a los galpones, así se lo protegía del rocío. Recordemos que, en esa época, las haciendas tenían toda la infraestructura de un pueblo: escuelas, casa de los empleados, comedores, cocinas, pulpería y enfermería.

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Frontis de la casa de Chané: Ninky, Cristóbal y Lissy Montané, compañera de Arquitectura de la Univeridad de Córdoba(foto de 1953).
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Vista actual de la casa a orillas del río Chané.
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Vista aérea de la casa. Se puede observar el gran patio donde ponían a secar el café.
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Patio enladrillado con el café secándose. Alrededor, los galpones laterales.

La familia mantenía inicialmente una casa en Warnes, que servía como base para que los niños vayan a la escuela. Entre los amigos de Recaredo y Stael en esa ciudad se encontraban las familias Monfort y Arias. Luego, cuando se trasladaron a Santa Cruz a finales de los años veinte, alquilaron otra casa sobre la calle Florida. Debemos mencionar que una de las principales calles de Warnes lleva el nombre de Recaredo Roda.

En las vacaciones de colegio, que duraban varios meses, los chicos se trasladaban a la hacienda, por lo que se tuvo que construir una casa más grande para que pueda albergar a todos. En estas vacaciones también llegaban hijos de familias amigas, tales como los Cirbián (Germán, Julio, Angélica, Luis, Yolanda, Josefina, Mario y Rosa María), los Terceros Banzer (Adalberto, Carlos, Marcelo, Carmen, Josefina, Mario y David), los primos hermanos Tarradelles (Emilio, Amadeo, Alberto, Anita, Pedro (Perucho), Manelik, Consuelo, Alfonso y Elvita), los Sauto (Eduardo, Javier, Sebastián e Inés), entre otros.

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FAMILIA Y AMIGOS EN CHANÉ. De izquierda a derecha, arriba: Javier Sauto, NN, Elena, Chacho Gonzáles, Win, Chachi y Chacho Roda. Abajo: Mario Terceros Banzer, Mercedes, Josefina Terceros, Rita Vélez y Josefina Banzer Vda. de Terceros (foto de 1946).

LA CASA EN LA CIUDAD 

Un aspecto importante en el manejo de una estancia es tener fácil acceso a los centros de distribución de los productos. En ese entonces, por los años veinte y treinta, el mercado principal de Santa Cruz se llamaba La Recova, tomando después el nombre de Mercado Viejo. Estaba ubicado sobre la calle Florida, entre las actuales calles 21 de Mayo y Libertad, zona también conocida como la “calle de los turcos”. En esas cuadras había bazares y tiendas que vendían todo tipo de productos.

Recaredo alquiló una casa en la calle Florida, a pocos pasos del mercado. Esta casa la usaban tanto para vivienda como para la venta de productos a través de un almacén, que lo llamaron Almacén Chané. En este local ofrecían artículos no solamente de la hacienda, sino también algunos importados.

Para acceder a la vivienda de la familia, se debía entrar por un pasillo estrecho que se encontraba a la derecha del almacén y que conducía a un patio interior amplio con varias habitaciones que alojaban hasta veinte personas.

En el almacén se vendían dos tipos de productos. En un lado se encontraban varios ítems finos para cocinar, especialmente de origen español, tales como aceitunas, aceite de oliva, bacalao, dátiles, pimienta negra, pimienta blanca y especias. En el otro lado estaban los granos: arroz, maíz y frejoles, entre otros.

En los años cuarenta, quien se ocupaba de la caja y de la administración de la tienda era Elena, la séptima hija del matrimonio. Tres o cuatro personas también trabajaban ahí para cargar las bolsas y atender al público. Elena recuerda especialmente a Melcho, un hombre caracterizado por su fuerza para levantar peso, quien trabajó por mucho tiempo con la familia.

Recaredo y Stael ocupaban la casa bajo un contrato de alquiler, que duró varios años. En algún momento, posiblemente a principios de los años cuarenta, pudieron reunir el dinero para comprar el inmueble.

Entre los vecinos cercanos y amigos de la familia Roda se encontraban las familias Nieme Hurtado, Urenda Peinado, Gutiérrez Sandoval, Cirbián Parada, Telchi Giacoman, Terceros Banzer, Pittari Smith, Ric Riera y otros.

LOS PRIMOS HERMANOS TARRADELLES

Como se mencionó al principio de la historia, la hermana de Stael, Rengel, se casó con Emilio Tarradelles en 1911. De esta unión se formó una linda y extensa familia de nueve niños, quienes son primos hermanos de los Roda Daza.

Recaredo y Emilio, además de ser buenos amigos, eran también concuñados. Las dos familias permanecían muy entrelazadas entre sí, ya que varios de los hijos tenían aproximadamente la misma edad. Los Tarradelles Martínez vivían por la calle Ingavi, cerca del colegio Santa Ana. Posteriormente se trasladaron a la calle Sucre casi esquina Aroma. Emilio ocupó el cargo de Cónsul de España por varios años.  

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FAMILIA TARRADELLES MARTÍNEZ. De izquierda a derecha, parados: Alberto, Amadeo y Emilio hijo. Sentados al medio: Manelik, Rengel Martínez, Anita, Emilio padre y Pedro. Sentados abajo: Consuelo, Elvita y Alfonso (foto de 1947).

STAEL Y LAS NANAS

A medida que iban naciendo más hijos, se hacía indispensable la ayuda doméstica para atender a tantos niños. Elena y Chachi recuerdan que los chicos mayores (desde Mercedes hasta Benjamín) tuvieron una nana, y los menores (desde Cristóbal hasta Sonia) tuvieron otra.

La primera nana de la familia era “mamá Tiña”, cuyo nombre tal vez era Ernestina. Sus servicios los dio cuando la familia vivía en Warnes. A finales de los años veinte —y con el nacimiento de Elena en Santa Cruz—, llegó la segunda nana de la familia, conocida como “mamá Carmen”. Ella se ocupó sobre todo de la crianza de los hijos menores y de los que fueron naciendo a partir de entonces, además de la administración general de la casa.

Mamá Carmen estaba casada con don Ezequiel, con quien tuvo un hijo que murió al nacer. Ella vivía dentro de la casa y, por lo tanto, separada de su marido en los días que trabajaba. Prestó servicios por veintidós años con la Familia Roda Daza.

Cuando Elena se casó, en 1951, mamá Carmen se trasladó para vivir con ella y ayudar en la crianza de sus cuatro hijos. Trabajó quince años con Elena y falleció aquejada de artritis reumatoide.

Historias de vida - Familia Roda
Mamá Carmen con NN, Cristóbal y Elena (foto de 1932).
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Mamá Carmen con varios nietos Roda en Chane, de vacaciones (foto de 1960).

GUERRAS EN EL MUNDO

Hay tres eventos internacionales que tocaron a muchas familias de la época: la Guerra del Chaco (1932-1935), la Guerra Civil Española (1936-1939) y la Segunda Guerra Mundial (1939-1945).

En el caso de la familia Roda Daza, la Guerra del Chaco no tuvo ningún efecto, ya que Recaredo no se enroló en el ejército boliviano por ser extranjero y, además, era padre de ocho niños. Por otro lado, la zona geográfica donde desarrollaba su trabajo, al norte de Santa Cruz, estaba muy lejos del teatro de operaciones que se encontraba al sur, en la frontera con Paraguay.

En la Segunda Guerra Mundial tampoco hubo incidentes, porque España no participó en ninguno de los bandos beligerantes en Europa y, aparentemente, el gobierno de Bolivia siguió manteniendo lazos diplomáticos normales con ese país.

Donde sí hubo alguna participación fue en la Guerra Civil Española. Inevitablemente, los españoles que vivían dentro o fuera de su país tenían simpatías o antipatías, se manifestaban a favor del bando republicano o del bando sublevado. Recordemos que el bando republicano, que estaba en funciones de gobierno, se componía de una coalición de partidos de izquierda como el Partido Socialista Obrero Español y el Partido Comunista. El bando sublevado, por otro lado, liderado por el General Francisco Franco, estaba respaldado por los militares, quienes a su vez recibían apoyo logístico de la Alemania Nazi y de la Italia bajo Mussolini.

Recaredo tenía más simpatía por el bando republicano. Es más, cuando Franco ganó la guerra y muchos de sus compatriotas huyeron de la dictadura, Recaredo acogió a refugiados republicanos en Santa Cruz para reubicarlos. Lo curioso del asunto es que, frente a la casa de los Roda sobre la calle Florida, vivía don Germán Cirbián, quien servía como cónsul de Franco.

RECAREDO COMO PADRE CON LOS HIJOS MAYORES

A medida que los niños iban creciendo, Recaredo tuvo que adoptar una actitud severa en la educación de sus hijos, especialmente con los varones. Al parecer, sin embargo, había una personalidad mucho más querendona detrás de esa fachada de hombre estricto.

En la siguiente carta escrita el año 1952 por Recaredo, dirigida a Cristóbal y Rodolfo, quienes estudiaban en Córdoba, se perfila una personalidad de padre estricto, que tenía todo ordenado y que les hacía notar el esfuerzo que la familia estaba haciendo para tenerlos allá. Pero, paralelamente, se ve que le daba pena ser tan duro y se cuestionaba si lo estaba haciendo bien.

La carta dice, en sus partes más sobresalientes:

Santa Cruz 11 de noviembre de 1952

Queridos hijos Cristóbal y Rodolfo.

En el transcurso de la última carta noto que los dos sienten que yo haya escrito la carta que les mandé sobre su estadía, sus estudios y su comportamiento. No tomen tan a pecho las cosas, ojalá esto no sea un motivo para que después se sientan resentidos conmigo.

Ojalá algún día, cuando sean hombres y tengan hijos grandes, puedan reconocer el derecho que tengo en decirles cómo es su comportamiento, pues a mí me quedan muy pocos años para sentirme feliz.

A ustedes les quedará el remordimiento de haber engañado a un pobre hombre que luchó en este pueblo por cuarenta años para sacar de sus hijos un molde que sirva de orgullo y deje de ser una creencia que todos los hijos de extranjeros en este pueblo no sirven para nada.

Tu enamorada, Cristo, creo que se dislocó el tobillo patinando, seguramente se acordó de vos en ese momento.

Bueno muchachos, reciban saludos de todos y vuestros padres que os recuerdan.

Recaredo Roda G

Chachi tiene una memoria diferente de su papá:

Mientras que mi padre era estricto con los mayores, conmigo no. Tal vez se fue haciendo menos rígido con el tiempo. Después de diez años tuvo otra hija mujer, de ojos del mismo color que los de él. Yo peinaba a papá y le ponía sus moñitos de trapo, él se dejaba.

Le decía que quería comprar un delantal donde los turcos, en la acera del frente sobre la calle Florida. Allá vendían todo tipo de telas. Él me decía “Bueno, hija, vaya a escoger su tela donde los turcos”.

Papá no era malo. Es que creo que era difícil enfrentarse a esa situación, con trece hijos. Entre líneas de esa carta se puede leer que él siente que está siendo demasiado duro con nosotros, que lo disculpemos. Quien sabe, si no hubiera sido así, qué hubiera sido de los hermanos, especialmente de los hombres. No hubo ninguno que le haya gustado la bebida, o que le haya gustado jugar. Eran gente de trabajo, gente que se dedicó a producir.

En un registro de audio de 1995, Cristóbal contó estas anécdotas sobre su padre, Recaredo:

Papá era un hombre de principios morales muy altos. Recuerdo que uno de mis hermanos fue al club Social y ganó un dinero en el juego que, después, entregó a mamá. Cuando papá se enteró, lo llamó y, delante de todos los que estábamos atendiendo en el almacén, le dijo: “Tito, ese dinero que ha ganado en el juego, pídaselo a su madre”. “¡Papá!…” protestó Tito. Mi padre insistió: “Pídale ese dinero que ha ganado en el juego”.

Mi hermano trajo el dinero y papá le dijo: “Hijo, ¿ve ese pordiosero parado en el horcón de la vereda? Vaya y entréguele todo ese dinero”. “Pero, papá, es tal suma”, le reclamó Tito. “No me interesa. No quiero ni verlo, ni saber nada, ni tocarlo. Vaya y entrégueselo”, le respondió.

Tito cruzó la calle, dió el dinero al pordiosero y, al momento de entrar, papá se adelantó y le dijo: “Hijo, dinero que pase del umbral de la puerta de esta casa tiene que ser ganado con el sudor de la frente. Dinero mal habido, no entra en esta casa”.

Otro recuerdo que tengo es cuando llegué de Córdoba, después de graduarme. El primer día no me saqué el saco y la corbata. Tenía los tickets para recoger las valijas del Lloyd Aéreo, que quedaba frente a la plaza, a una cuadras de la casa. Me paré en la calle a esperar a un mozo para ir a recoger las valijas. 

Él me vio y me preguntó: “Hijo, ¿qué hay, qué esperas?”. “Papá, estoy esperando un mozo para ir a recoger las valijas”. Me respondió inmediatamente: «Sáquese el saco y la corbata, póngase pantalón de trabajo y vaya a traer las valijas usted mismo, es lo suficientemente hombre para hacerlo. Que no le dé vergüenza, el trabajo no debe dar vergüenza a nadie. Cualquier trabajo honesto que usted haga, debe sentirse orgulloso de hacerlo”.

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LA MAMÁ Y SUS HIJOS. De izquierda a derecha, de pie: Chacho, Pepe, Ninky, Cristóbal, Win, Enrique. Sentados, Tito, Stael, Pocholo y Benjamín (foto de 1951).

LOS CELOS DE RECAREDO CON SUS HIJAS

Cuenta Elena:

Papá era tremendamente celoso. Para él, todos los hombres eran borrachos y mujeriegos. De todas maneras, me daba modos para ver a Mario. Por ejemplo, acordaba con Josefina Terceros Banzer ir a “tomar un cafecito” a su casa, pero, en realidad, era para que él y yo nos podamos ver. Al final papá aceptó. Mi matrimonio con Mario duró sesenta y cuatro años.

Chachi añade:

Una vez, cuando Mario visitó a Elena, Chacho me propuso que escuchemos lo que se decían los novios ocultándonos debajo del sillón. Nosotros teníamos ocho y diez años, mientras que mi hermana era diez años mayor. Los dos nos escondimos. Él le decía que la quería y qué se yo. Al final ya queríamos que Mario se vaya porque nos dolía la espalda de estar tanto tiempo agachados.

Mario también daba serenatas a Elena, pero a papá no le gustaba. Es más, a él no le gustaba ningún pretendiente de sus hijas, ni de Mercedes, ni de Elena. Era drástico con el tema.

Una noche oímos gente cantando en la calle, parecía una serenata. Elena nos pidió a Win, Chacho y a mí que vayamos a ver quién era. Fuimos a la puerta de entrada, pero no podíamos ver bien porque era muy alta. Trajimos una escalera para que yo me suba y pueda ver, a través de la claraboya (una media luna de hierro forjado). “¡Es Mario!”, les avisé.

Aprovechando que yo estaba agarrada de la claraboya, Win y Chacho, que eran muy traviesos, retiraron la escalera y me dejaron ahí colgada, como un mono. A gritos pedí que me bajaran. Con el escándalo, papá salió de su cuarto y dijo “¡Qué pasa!”. “¡Papá, mire que me voy a caer!”, grité. Fue un desastre eso. Tenía doce años, más o menos.

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EL PAPÁ Y SUS HIJAS. De izquierda a derecha: Elena, Mercedes. Recaredo, Chachi y Sonia (de blanco) (foto de 1951).

LA REVOLUCIÓN DE 1952

Cuando ocurrió la Revolución de 1952, la edad de los hijos fluía entre ocho y treinta y seis años. Toda la familia, los Tarradelles y algunos amigos se fueron a Chané para esconderse de la persecución política del MNR. Varios de los jóvenes durmieron en el monte, porque venía gente desde Warnes para ver quiénes estaban en la estancia para llevárselos presos a La Paz.

MUERTE DE RECAREDO

Recaredo tenía un hábito de muchos años: fumar cigarros hechos en casa. Chachi recuerda que ella y sus hermanos los preparaban envolviendo el tabaco con papel especial y los colocaban en una cajita.

El hábito de fumador fue generando en Recaredo un cáncer de pulmón. En esa época viajaron a Córdoba a recibir tratamiento, aprovechando que Ninky y Cristóbal estudiaban en esa ciudad. Las relaciones de Ninky, que estudiaba medicina, permitieron que excelentes médicos y profesores de la facultad pudiesen analizar su enfermedad. Lastimosamente no pudieron hacer mucho, porque el cáncer estaba en un estado muy avanzado.

Cristóbal estaba en la última etapa de su carrera. Apuró todo lo que pudo para entregar su trabajo final de grado; sus amigos lo ayudaron a concluir la tesis en menor tiempo. Quería dar la satisfacción a su padre de haber cumplido lo prometido: graduarse como arquitecto. Ninky, por su lado, cortó sus estudios durante dos años, justamente para acompañar al papá en su enfermedad en Santa Cruz.

Cuando Recaredo volvió de su tratamiento en Córdoba se alojó en la casa de Elena, para que ella pueda cuidarlo más de cerca. Debido a las radioterapias que recibió, Recaredo tenía la garganta y la boca llagadas, por lo que Elena se encargaba muchas veces al día de limpiar un algodón empapado en manzanilla para reducir la inflamación. Su padre no podía hablar, pero la miraba con una cara de angustia, preocupado tal vez por el futuro de su familia, ya que sus hijos eran chicos todavía.

Edades en 1954

Recaredo falleció, finalmente, el 14 de abril de 1954, a la edad de 60 años. Su cuerpo fue enterrado en Chané, debajo de un lindo árbol frondoso que se encontraba frente a la casa, lugar que él mismo eligió antes de su muerte.

La vida de Recaredo no fue fácil. Su madre murió cuando él nació. Se crio con un tío sacerdote. A sus dieciséis años dejó de ver a su familia por una travesura que hizo. Llegó a Argentina sin conocer a nadie, trabajando en lo que podía. En Bolivia le tocó llevar adelante una familia de trece niños en condiciones muy difíciles, trabajando en el campo.

Por otro lado, tuvo la bendición de tener a Stael, una mujer de carácter amable y positivo. Junto a ella, trabajaron codo a codo en la hacienda y criaron a los hijos. Gozó de buenas amistades, ayudó a sus compatriotas en el exilio y vio con satisfacción los frutos del trabajo arduo y constante. Dejó una familia sólida.

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Recaredo y Stael con sus trece hijos (foto de 1951).

QUÉ PASÓ CON CHANÉ Y EL ALMACÉN

Después de algunas transacciones entre los herederos, Cristóbal compró la mitad de Chané, al cual puso el nombre de Benassal, en memoria del pueblo donde nació Recaredo. Años más tarde, también compró parte de la otra mitad, manteniendo el nombre de Chané Roda. De esta manera, la propiedad quedó mayoritariamente con la familia Roda Vaca El-Hage, y una porción con la familia Roda Mata.

La casa sobre la calle Florida fue vendida por el año 1960 y Stael compró otra en la calle Bolívar esquina Aroma. Era un inmueble grande que sirvió para albergar temporalmente a algunos de los hijos. Más tarde, al quedar esta muy grande para Stael, su hijo Chacho la compró y Stael se quedó viviendo en un departamento independiente con un ingreso por la calle Aroma.

TÍO BENJAMÍN

Una de las primeras actividades que hizo Stael al morir Recaredo fue viajar a España para conocer el pueblo de Benassal y los parientes de su difunto esposo. Este viaje lo tenían planeado hacer con Recaredo pero, debido a su enfermedad, no lo pudieron realizar.

Historias de vida - Familia Roda
Stael viajó varias veces al viejo continente, siendo su compañera de viaje la Sra. María Riera Gil, esposa de don Salvador Ric Darne.

Allí conoció al hermano mayor, Benjamín, quien para entonces ya tenía noventa años. Él no estaba en buenas condiciones, ni física ni económicamente. No había quién lo cuide, no tuvo hijos y quedó a cargo de una sobrina por el lado de su esposa.

Historias de vida - Familia Roda
Julio Roda Mata y Cinthia visitando la casa de Recaredo en Benassal-España (foto de 2019).

Respecto a la avanzada edad del tío, hay una leyenda en el pueblo que afirma que el agua de Benassal tiene propiedades minero-medicinales, causa de que la gente viva tantos años.

Stael mantuvo correspondencia con tío Benjamín por varios años. Por el año 1967 habló con sus hijos, proponiéndoles traer a tío Benjamín a Bolivia, porque allá estaba muy abandonado. Se coordinó con los parientes en España y los hermanos designaron a Rodolfo (Ninky) para que lo apoye en el viaje.

Llegaron a Santa Cruz vía Buenos Aires en 1968. Tío Benjamín tenía para entonces noventa y un años. Se alojó en la casa de Stael quien, para entonces, vivía en la nueva casa sobre la calle Bolívar.

La primera actividad que quiso hacer fue visitar la tumba de su hermano. En ese entonces, tío Benjamín era ya un hombre físicamente debilitado por la edad y por el sufrimiento de haber vivido solo por tantos años. Cuando lo llevaron a Chané para que pueda visitar la tumba, parece que tenía en su mente la idea feliz de reencontrar a Recaredo vivo.

Ya en el lugar, él preguntaba a viva voz: “¿Dónde está mi hermanito? ¡Quiero verlo!”. Parecía que, en su mente, Recaredo tenía todavía dieciséis años y que lo iba a ver tal como lo viera casi sesenta años atrás.

Cuando llegó a la tumba y se dio cuenta de la realidad, se largó a llorar, inconsolablemente. Fue un momento muy emotivo.

Elena recuerda:

Tío Benjamín era una persona muy al estilo de pueblo español. Se vestía con su boina, un pantalón suelto de color negro, camisa blanca de algodón puro de mangas anchas que agarraban en el puño, una faja ancha y blanca, y de calzado una alpargata negra con plantilla de yute.

Cuando se enojaba por algo, usaba unas expresiones ásperas en catalán, como ser: «Me cago en Deus», seguido de: «Me cago en el santo copón!». Era un gran fumador de pipa y gran recitador de coplas. A pesar de su avanzada edad, estaba perfectamente lúcido.

Era piropeador al máximo, traía problemas a mami. Salía al portón de la casa de la calle Bolívar y le ponían una mecedora para que vea la gente pasar. A las chicas que pasaban les levantaba el vestido con su bastón, le reclamaban que era un malcriado.

Tío Benjamín vivió cinco años más. Murió en 1973 a la edad de noventa y seis años. Fue enterrado en Chané, al lado de su hermano Recaredo.

A continuación están fotos de tío Benjamín. A la izquierda se encuentra en Benassal, por el año 1905. A la derecha cuando Stael lo trajo a Santa Cruz, sesenta años más tarde, en 1968.

A la izquierda, tío Benjamín de joven en Benassal. A la derecha, en 1968, con Stael.

STAEL DESPUÉS DE LA MUERTE DE RECAREDO

Stael enviudó cuando tenía cincuenta y cuatro años. Gracias a su carácter de mujer activa y de mucha predisposición para enfrentar nuevos retos, en los siguientes años se dedicó a viajar. Visitó en primera instancia España para conocer a la familia de su marido y después al resto de Europa y del mundo. Tenía a sus amigas viajeras y hacía amistades muy fácilmente en los lugares que visitaba. Se ausentaba por muchos meses.

Chachi recuerda:

Mamá iba con mucha frecuencia al cine Palace, que era propiedad de su hijo Benjamín. Como el personal sabía que era la mamá del dueño, la dejaban pasar. Varios de sus nietos la acompañaron e incluso alguna vez la recogieron para pasear en moto.

Le encantaba leer novelas de Corín Tellado. Era una mujer soñadora y romántica, que por el arduo trabajo en Chané, además de la crianza y estudios de los trece hijos, no pudo disfrutar de esa faceta de su personalidad.  

Iba a visitar a todos los hijos, un día a uno, otro día a otro, caminando. Tenía una energía tremenda. Cuando alguno de sus hijos viajaba, ella se quedaba a cargo de cuidar a los nietos. 

Cuando tuvo setenta y cinco años, por el año 1975, vivía en mi casa. Cerca de allí, por la avenida Busch, había una tiendita adonde le gustaba salir a comprar, de esa manera caminaba un poco.

Un día notamos que se tardaba demasiado en volver de la tienda. La buscamos en el camino, pero no la encontramos. Llamé a Elena para decirle que mamá no aparecía, y comenzamos a hacer alboroto.

Al final llegó. Lo que había pasado es que se desubicó y caminó por otro lado de la ciudad. Llegó hasta el monumento al Chiriguano, que debe quedar a unos cinco kilómetros de distancia. Al verse que no sabía dónde estaba, tomó un taxi y le pidió al chofer que la lleve hasta la calle 21 de mayo. “¿Desde allá ha venido caminando, señora?”, le preguntó el taxista. “Sí, desde allá”.

Elena añade:

Mamá nunca se metió en las peleas de parejas, ni con el yerno ni con la nuera. Era imparcial. Cuando nos quejábamos de alguien, simplemente decía: “Hija, la vida es así. Tiene sus altos y bajos, uno tiene que acostumbrarse y saber vivir”.

Historias de vida - Familia Roda
Stael y treinta y nueve de sus nietos (foto de 1964).

Stael murió el 6 de junio de 1981 de un infarto en su departamento de la calle Bolívar. Tenía 80 años.

EL LEGADO DE RECAREDO Y STAEL

Recaredo y Stael dejaron a sus hijos un fuerte legado de valores, enseñados con su ejemplo de vida: honestidad, rectitud, trabajo esforzado, unidad familiar, así como el cultivar amistades verdaderas y duraderas por generaciones.

Ciento cinco años después de su matrimonio, la numerosa familia sigue practicando la unidad, realizando reuniones periódicas en la propiedad Benassal para compartir, conocer novedades de cada familia y siempre, pero siempre, recordar los valores inculcados por ellos dos.

LOS HIJOS RODA DAZA

A continuación presentamos datos complementarios de cada uno de los hijos, una foto de sus matrimonios y una semblanza escrita por algunos de sus descendientes.

Historias de vida - Familia Roda
Toda la familia Roda, con cónyuges. De izquierda a derecha, de arriba a abajo: Tito, Marisabel R., Rita Vélez, Chichi Rojas, Lucho Pereira, Chachi, Mario Justiniano, Elena, Nena Mata, Ninki, Titi Busch, Chacho G., Doddy Serrate, Win, Melvy Rodas, Pocholo, Pepe, Chacho, Gladis Vaca El-Hage, Cristóbal, Nani Roca, Benjamín, Bertha Atalá, Mercedes y Enrique (foto de 1972).
Historia de familia en Bolivia
Cuarenta tíos y primos Roda en Chané (foto de 2005).
  • Mercedes (Mechi): Nació el 30 de noviembre de 1916. Se casó con Alberto Gonzáles el 17 de enero de 1940, tuvieron tres hijos. Falleció el 13 de junio de 2010.

Esquela de matrimonio de Mercedes, que tiene el siguiente texto:

Anoche fue bendecido el matrimonio de la señorita Mercedes Roda Daza con el señor Alberto Gonzáles Álvarez. Actuaron como padrinos del cambio de aros el Dr. Adalberto Terceros y señora Josefina B. de Terceros. Padrinos de la Ceremonia Civil el señor Emilio Tarradelles y señora Rengel M. de Tarradelles y el Dr. Conrado M. Freundlich y Sra. De la Ceremonia Religiosa el señor Facundo Gonzáles y señora Casilda A. de Gonzáles y el señor Recaredo Roda y señora Stael D. de Roda. Testigos los señores Segundo Tejeros, Aurelio García, Melchor Pinto, Félix Gutiérrez, Julio Sánchez, Emilio Tarradelles, Amadeo Tarradelles y Javier Sauto. Madrinas de velo las señoritas Nelly Velasco y Sarah Gutiérrez, de Azahares Anita Tarradelles y Graciela Freundlich, de Bouquet María Luisa Freundlich y María Pinedo

Santa Cruz de la Sierra, 17 de enero de 1940  

Historias de vida - Familia Roda
Recaredo y Stael con el primer nieto, Chacho, hijo de Mercedes.

La condición de hija mayor de Mechi hizo que Recaredo se apoyara en ella en varias situaciones, en particular cuando alguno de los hijos tenía que estar lejos de Santa Cruz o necesitaba atención particular en su educación. Es así que han vivido temporadas con Mechi y Alberto varios hermanos: Benjamín, Elena, Win, Chachi y Pocholo.

Recaredo sostenía que su palabra era el mejor documento. Testigos de ello eran su mujer y su hija mayor.

La personalidad de Mechi era de gran estabilidad, sumamente dedicada a su marido, sus hijos y su casa. Meticulosa en el cuidado de su familia, la limpieza y la salud. Tal es así  que sus hijos nos preciamos de no haber enfermado nunca. Nos sabíamos protegidos y apoyados en lo que emprendiéramos.

  • Recaredo (Tito): Nació el 15 de noviembre de 1918. Se casó con Rita Vélez el 22 de diciembre de 1944, tuvieron ocho hijos. Falleció el 24 de julio de 1977.
Historias de vida - Familia Roda
Rita y Tito.

Papá aparentaba ser serio y de poco hablar; sin embargo, cuando intervenía, lo hacía con una chispa e imaginación sin igual. Sus historias, explicaciones y conversaciones, siempre con un sabor fantasioso, lleno de detalles, cautivaban a cualquiera.

No olvido cuando María Elena, mi hermana, que es fanática por la limpieza, estaba por recibir a Wolfgang, su esposo, que venía a conocer a la familia desde Alemania. Desempolvó y barrió todo. Cuando se sentó ya feliz por su trabajo, papá le dijo: “Te falto algo, hija». «¿Qué, papá?». «Limpiar las tejas”.

Chachi recuerda: “Se inventaba historias que hasta él se las creía. Contó una vez, en una reunión de pescadores en casa: ‘Fui a una carrera de perros en Miami. ¡Qué espectáculo ver cómo corrían esos perros! Yo me lleve un matusisito desde aquí. No  puej… me falló, ¡qué iba a ganar!’.

Sus explicaciones siempre iban acompañadas de gestos y muecas, que dejaban con la boca abierta a quien lo escuchaba.

Recordaremos siempre a papá como una persona recta, sincera y de gran corazón».

  • Enrique: Nació el 17 de agosto de 1920. Se casó con Carmen Aida Busch Cuellar (Tity) el 22 de diciembre de 1956, tuvieron siete hijos. Falleció el 4 de octubre de 2005.

Recordamos a Enrique con mucho cariño. Tenía mucha personalidad, era muy correcto, desinteresado, noble, leal y tenía facilidad para exponer y hacerse comprender. Sin sueldo alguno, presidió variadas instituciones cruceñas siendo muy respetado y apreciado por su honradez y su don de mando. Dirigiendo Chané él brindaba muy buen trato a los trabajadores, sin ninguna discriminación, por lo que hasta hoy aquellos niños y jóvenes lo recuerdan con mucho afecto.

Un par de sus anécdotas: 

Mientras Tity atendía la pulpería de Chané, Enrique se sentaba en la puerta y molestaba, colocando apodos a los hijos de los trabajadores: pescuezo e’ bota, petaca e’ tambora, melero carajo, matusi… Les decía: “Agarrámelo a ese chahuanco y sáquele los huevos que esta noche quiero comérmelos en revuelto”. Los niños salían corriendo mientras los padres se reían, porque sabían que era su modo de jugar. Luego los llamaba y les regalaba caramelos.

Después de ir a pescar y regresar con unas palometillas, pacús, surubís, nos decía:
“¡EL QUE QUIERE COMER PESCAU, QUE SE MOJE EL CULO CARAJO!”.

  • José (Pepe): Nació el 23 de octubre de 1923. Se casó con Bertha Atalá el 21 de septiembre de 1947, tuvieron nueve hijos. Falleció el 7 de agosto de 1985.
Historias de vida - Familia Roda
Arriba: Recaredo, Pepe y Bertha Athala. La niña es Monina Tarradelles, hija de Emilito Tarradelles.

Era un hombre correcto, estricto en su forma de proceder, de una sola palabra, pero también una persona accesible y de diálogo. Muy solidario y querendón de sus hermanos, cuñados y sobre todo de sus hijos y nietos. Muy sociable y ameno. Según opinión de sus hermanos, fue el que tuvo el carácter más parecido al de abuelita Stael, quien estuvo pendiente todo el tiempo de ella después de que enviudó. Todos los días se daba modo para visitarla.

Abuelita, quien era muy hábil para tejer, se dio el trabajo por un largo tiempo de tejerle una chompa. Una vez concluida y luego de probársela, le quedó con las mangas largas y el cuello deformado. Después de un año de atar y desatar, le quedó bien. Él la conservó hasta su muerte.

Como anécdota que él contaba entre sus ocurrencias, es que en una oficina le estaban llenando sus datos personales, por lo que el funcionario le pidió su nombre y apellido. “José Roda”, dijo. Al ver que el funcionario escribió “Rodas”, papá le corrigió: “Roda, sin ese”. El funcionario le colocó entonces como nombre “José Roda Sinese”.

  • Benjamín: Nació el 25 de julio de 1925. Se casó con Doddy Serrate el 8 de agosto de 1948, tuvieron cinco hijos. Falleció el 11 de abril de 2001.
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Doddy y Benjamín.

Benjamín Roda era muy apegado a su familia. A la muerte de su padre siempre estuvo pendiente de sus hermanos y de su madre. Los ayudó en todo momento. Constantemente estaba atento a las reuniones de fin de semana en Chané, el establecimiento agrícola de sus padres.

Ese mismo cariño a Chané lo transmitió a sus descendientes. Tanto es así, que el matrimonio de su primera hija, Cinthya, lo hizo en esa propiedad, porque este lugar tenía para él un significado muy grande.

Para Benjamín la familia siempre fue lo primero. Además, decía que los Roda tienen familiares de sangre, los Tarradelles y otra de crianza, los Cirbianes, con los que se criaron y que fueron como sus hermanos hasta que el Señor los llamó.

Fue un hombre noble que valoraba la amistad, la solidaridad y la lealtad entre amigos por encima de todo. Ni qué se diga de sus empleados del cine Palace, que le fueron leales hasta la hora de su muerte. Es que a todos ellos se los trató como parte de la familia.

Hoy mucha gente, al saber que somos sus descendientes, nos relata cómo les salvó sus vidas o los grandes favores que les hizo sin pedir nunca nada a cambio. Por todo esto y otras tantas razones más, es que podemos afirmar que nos sentimos orgullosos de llevar el apellido Roda.

  • Cristóbal: Nació el 22 de abril de 1927. Se casó con Gladys Vaca El-Hage el 22 de abril de 1955, tuvieron seis hijos. Falleció el 14 de septiembre de 1998.
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Gladys y Cristóbal.

Fue un hombre emprendedor y visionario, con un sólido carácter, apasionado en todo lo que hacía y con capacidad para enfrentar obstáculos y desafíos sin perder el entusiasmo. Cuando daba su palabra, era trato hecho.

En 1946 fue distinguido como el mejor bachiller del Colegio Nacional Florida. Luego, ingresó a la universidad —donde también se destacó por sus buenas notas—, a la carrera de Arquitectura, donde cursó un plan común de tres años junto a los alumnos de Ingeniería. Esto le permitió obtener conocimientos sólidos en cálculo. Por ello, mucha gente en Santa Cruz le decía “ingeniero”, a pesar de ser arquitecto.

No le resultaba difícil lidiar con la multiplicidad de sus empresas porque tenía energías ilimitadas, pero su mayor empresa siempre fue la familia. Invirtió tiempo de calidad en su relación con la esposa y no desatendió a los hijos, a los que les inculcó que el trabajo era mucho más que un asunto de supervivencia.

Apostó a la importancia de la educación superior porque prepara a los profesionales del futuro, fortalece los valores y aspiraciones en el ámbito personal y brinda herramientas tecnológicas para enfrentar la vida.

No era hombre de fiestas y agasajos; sin embargo, disfrutó de pocos amigos que le aportaban alegría en la vida. No malgastó el tiempo, porque tenía conciencia de que el amor por su tierra era un compromiso y un deber. Aunque el camino fue desafiante, su vida de trabajo fue una contribución especial para la Santa Cruz industrial de hoy.

  • Elena: Nació el 18 de julio de 1929. Se casó con Mario Justiniano el 22 de mayo de 1951, tuvieron cuatro hijos. Tiene actualmente noventa años.

A la izquierda: matrimonio de Elena y Mario. A la derecha: compromiso de ambos en Chané.

Mujer de carácter firme, forjado con las responsabilidades familiares desde muy joven. Inteligente, medida, emprendedora, directa para decir verdades, pero con prudencia y diplomacia.

Se casó en mayo de 1951 con Mario Justiniano, con quien tuvo cuatro hijos y sesenta y dos años de matrimonio. En 1972 creo la primera mercería en Bolivia con innumerables y sofisticados accesorios para la costura y tejido, traídos de diferentes países. La llamó La Botonera, misma que mantuvo por algo más de 40 años.

Su vocación por el servicio social hace que, aún a sus 90 años, siga siendo tesorera de la Asociación Nuestra Señora de Las Mercedes, dedicada a rescatar a hijos de presos que viven en la cárcel, para asegurar su educación y manutención.

Una anécdota contada por ella:

“Yo trabajaba como cajera en el almacén de la familia. Un día, Cristóbal, que era celoso, le reclamó a mi papá la razón por la que yo tenía tantos pares de zapatos, por qué tenía ese privilegio. Papá le respondió así: ‘Decime, Cristóbal, ¿quiénes trabajan en el almacén cuando tu mamá y yo nos ausentamos para ir al campo? ¿Quién se hace cargo? Es Elena, ¿no? Entonces, con lo que ella gana de su trabajo, puede comprarse lo que quiera’. Cristóbal se quedó calladito”.

  • Rodolfo (Ninky): Nació el 20 de marzo de 1931. Se casó con Elisa (Nena) Mata el 17 de enero de 1960 en Salta, Argentina. Tuvieron cinco hijos. Falleció el 7 de marzo de 1993.
Historias de vida - Familia Roda
Ninky y Nena.

Ninky. Así le decían y la verdad es que él brillaba con luz propia y el apodo era lo de menos.

Estudió primaria en Warnes y secundaria en el Nacional Florida. En Córdoba, Argentina, se graduó como médico cirujano y se especializó en Radiología.

“Hombre de palabra, no necesitaba gritar para hacerse obedecer, de mirada intensa, infundía respeto. Por esos y otros atributos fue un gran líder”, dijo Sandra. 

“Un libro abierto, tenía paciencia para enseñar. Pasan los años y siento más su ausencia”, dijo Ariani.

“Era todo para mí, si pudiera volver a verlo le diría que lo amo y lo extraño mucho”, dijo Cristi.

“Nos enseñó que las cosas hay que hacerlas bien. Era un hombre decidido, sin vueltas, no permitía errores”, dijo Rodolfo. 

Fue un líder a tiempo completo. Con una familia amorosa y realizada. Los nietos compartían con él espacios de felicidad. En su vida universitaria fue líder estudiantil y gran profesional. Es recordado por su calidad profesional y espíritu solidario, conocido por ayudar a propios y extraños. En su vida ciudadana transitó por la institucionalidad cruceña, culminando el servicio a su pueblo como presidente del Comité Pro Santa Cruz.

Julio contó que le decía: “Para ser un buen dirigente, debes trabajar con esfuerzo, dedicación y honradez”.

  • Jaime Alberto (Win): Nació el 20 de septiembre de 1935. Se casó con Melvy Rodas el 15 de mayo de 1956, tuvieron cuatro hijos. Falleció el 10 de junio de 2007.
Historias de vida - Familia Roda
Melvy y Win.

Nuestro padre era un ser humano extraordinario, parco en expresiones, pero con la sabiduría del mundo en su semblante y enseñanzas. Él fue y es un espíritu libre, sigue volando y nos sigue instando a probar nuestras alas, a que sigamos enseñando que, para volar, solo se necesita querer e imaginar.

Nuestra casa en La Paz, pequeña y modesta, siempre tenía espacio para acoger a todo aquel que llegaba, amigos y desconocidos, especialmente de Santa Cruz. Solo había que decir las palabras mágicas: “Soy hijo, sobrino, nieto de fulano, o me dijo que lo busque Don mengano”, y las puertas se abrían.

¿Cómo contar una anécdota cuando toda su vida está plagada de ellas? Bueno, aquí va una:

Unos muchachos falangistas llegados de Santa Cruz lo visitaron en su oficina para pedirle que los ayude. No tenían cómo volverse a su ciudad, le preguntaron si podía prestarles dinero para el viaje. Les contestó que en ese momento no tenía plata, pero sin titubear se sacó un anillo (regalo de nuestra madre) y se los dio, diciendo: “Empéñenlo para sus pasajes en flota, pero antes de irse me traen la boleta para recuperarlo antes que mi mujer me mate”.

Ese era nuestro padre….

  • Conrado Miguel (Chacho): Nació en el 30 de junio de 1937. Se casó con Nancy Roca Díaz el 19 de noviembre de 1959, tuvieron cuatro hijos. Falleció el 22 de noviembre de 1993.
Historias de vida - Familia Roda
Chacho y Nancy

Papi era un hombre bonachón y querendón de su familia. Aunque no era salidor, le gustaba recibir visitas. Las puertas de su casa estaban abiertas para parientes y amigos que hayan querido pasar un buen rato, recibir un consejo o tomar un rico café en su compañía. Con él se podía contar en todo tiempo incondicionalmente, con la certeza de que no esperaría nada a cambio.

Fue un esposo ejemplar, se casó muy joven, mami tenía catorce años. Se amaron hasta sus últimos días. Ese amor y respeto nos lo enseñó con el ejemplo.

¡Una anécdota de papi es su apodo de pato! Él siempre era el que pagaba el pato de las jochas dirigidas por tío Win.

¡Otra anécdota de niñez! Cuando tío Ninky se iba a estudiar, dejaba su bicicleta desarmada para que no se la toquen. Papi la armaba y disfrutaba de ella hasta que tío Ninky volvía.

Fue emprendedor y visionario. En sociedad con su gran amigo, Velco Vladic, creó en  1969 la empresa Rovel, dedicada a la prestación de servicios de maquinaria pesada, la cual fue próspera y productiva. Luego incursionó en la caña de azúcar y en la industria maderera.

Papi nos dejó un legado de honestidad, trabajo, servicio y amor al prójimo. Falleció muy joven, a la edad de 56 años, dejando un profundo dolor en nosotros sus hijos.

  • Graciela (Chachi): Nació el 6 de junio de 1939. Se casó con Luis Pereyra Scisroni el 22 de noviembre de 1962, tuvieron tres hijos: Tatiana, José Luis y Gerardo. Tiene actualmente 80 años.
Historias de vida - Familia Roda
Lucho y Chachi.

Mami es la antepenúltima hija de trece hermanos y muy adulada de abuelito. Además, era muy ocurrente, divertida, dañina y cariñosa.

Les voy a contar una de las miles de anécdotas que tiene.

La familia tenía el almacén Chané. Entre los productos que se vendía había aceitunas, las cuales se guardaban en unos barriles. Un día mami le dijo a tío Chacho, que era su compinche, que quería comer aceitunas. Como el barril estaba casi vacío, no podía sacarlas. Tío Chacho le propuso que él la iba a agarrar de los pies para que ella las pueda sacar. Cuando estaban en ello, escucharon la voz de abuelito que llegaba a la tienda. Del susto, tío Chacho soltó a mamá y ella cayó de cabeza dentro del barril. Al entrar abuelito al almacén, salió mami toda bañada de aceitunas. Chacho se declaró culpable, entonces fue él quien recibió la tunda.

  • Hugo (Pocholo): Nació el 25 de febrero de 1943. Se casó en cuatro oportunidades: Rose Marie Rojas (1965), Maruja Ribera (1973), Devorah Drakic (1983) y nuevamente Rose Marie Rojas (1992) con quien vivió sus últimos años. Tuvo cuatro hijos. Falleció el 20 de diciembre de 2012.

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Se casó el año 1965 con Rose Marie Rojas Arias, posteriormente se casó en dos oportunidades más, volviendo a casarse con Rose Marie el año 1992, con quien estuvo hasta el final de sus días.

Son muchas las anécdotas que caracterizaban a papá. Hay una que en lo particular me agrada. Sucedió el año 76. Gran parte de su vida papá se dedicó al trabajo en el campo, en la explotación de madera en la Chiquitanía, en la zona de Roboré. Tenía como trabajadores a un grupo de ayoreos de la zona, de una comunidad llamada Tobité.

Una vez papi tuvo que retornar a Santa Cruz y demoró un buen tiempo en volver al campo. Grande fue su sorpresa cuando vio que un grupo de ayoreos se vinieron en tren hasta Santa Cruz y llegaron hasta su casa. Nadie se explica cómo llegaron hasta allá y de dónde sacaron la dirección. La señora Maruja, su esposa en esa época, contó que eran tal los nervios de papá que, mientras iba calmando a los ayoreos, intentaba hacerla entender que dos ayoreítos ojos verdes que estaban con ellos eran hijos de un cura alegre de la zona, que él no tenía nada que ver.

  • Sonia: Nació el 10 de diciembre de 1944. Se casó con Joan Alapanian el 24 de junio de 1967, tuvieron dos hijos. Tiene actualmente 76 años, vive en São Paulo, Brasil.
Historias de vida - Familia Roda
Sonia y Joan.

Se vino a San Pablo, con el pesar de abuelita Stael, a estudiar enfermería, pero conoció a nuestro padre y… ¡adiós estudios! Siempre ha sido una mujer trabajadora, con manos privilegiadas para la cocina. En cada viaje a Santa Cruz estaba obligada a hacer feijoada. Es una mujer calmada, dada a ayudar a los otros. Ha vivido siempre pendiente de todos sus hermanos y sobrinos. Fue la única que puso a una de sus hijas el nombre de Stael.

Ella vive en Brasil desde 1966 y, en ese tiempo, todavía no se ha acostumbrado al portugués. Creó su propio idioma que solo ella entiende. Ya sea que esté aquí en Brasil o en Bolivia, nadie comprende ciertas palabras que tiene para comunicarse, que nosotros ya las conocemos. 

ÁRBOL GENEALÓGICO

Arbol genealógico familia Roda

DESCENDENCIA

La descendencia de la familia Roda es hoy mucho más grande en América que la que quedó en la península Ibérica. Se ha realizado un relevamiento de datos con cada rama familiar para saber cuántos descendientes tiene cada uno. El resultado es el siguiente:

Descendencia Familia Roda Daza 3
La descendencia de Recaredo y Stael es así: 13 hijos, 64 nietos, 177 bisnietos, 126 tataranietos y 7 tatara-tatara nietos. Total: 387 personas.

LONGEVIDAD

Longevidad familia Roda Daza 2
El promedio de vida es de 73 años.

LOS PRIMOS RODA – TARRADELLES

No podemos dejar pasar la ocasión para conmemorar los muchísimos años de amistad y hermandad con nuestros primos Tarradelles Martínez:

Historia de familia en Bolivia61
LOS PRIMOS RODA-TARRADELLES. Parados: Perucho Tarradelles, Alberto
Roda, Manelik Tarradelles, Elena Roda, Cristóbal Roda, Mercedes Roda, Enrique Roda R, Anita Tarradelles, Nena Mata. Sentados: Maiko Roda, Pocholo Roda, Chachi Roda, Alfonso y Elvira Tarradelles (foto de 1996)
Historia de familia en Bolivia
Roda y Tarradelles juntos en Chané (foto de 2002).

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Notas del editor:

Esta historia se basa en entrevistas y posteriores revisiones con varios miembros de la familia Roda, entre enero y abril de 2020.

Las fotos de la familia fueron proporcionadas por María Elena Justiniano Roda y Cristóbal Roda Vaca El Hage. Otras imágenes tienen la acreditación correspondiente.

La redacción y edición son de Marcos Grisi Reyes Ortiz.

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Escrito por

Cada historia que escucho es como si fuera mi propia historia. Y en cierta forma, es la tuya también. Al leerlas, espero que lo sientas así.

74 comentarios en “Familia Roda: ciento nueve años aportando al desarrollo de Bolivia

  1. He leído hasta el final, esta hermosa historia de la familia Roda , me a encantado.y llego a una conclusión,que no importa de donde vengamos o para donde vamos, somos de donde estamos… Refiriéndome a Recadero Roda,, que la vida lo llevo a lugares muy lejanos, sin embargo se hizo a su nueva vida…
    Formó una gran familia, hecho raíces en tierra extranjera, sabiendo que DIOS esta en todas partes y la tierra es de quien la trabaja y le hace dar sus frutos.
    Vivo en Valencia España, y soy natural de Santa Cruz, casada con un ciudadano español con raíces Israelitas… Su padre hebreo y su,madre española.
    Seguro que experiencias como la suya valen la pena escribirlas,para saber de muchos personajes que han sido clave en la historia cruceña.
    Por cierto una familia muy numerosa. Solo decir que amo las historias con final feliz.

  2. Hola Judith
    Que lindo saber de vos, soy Pili hijo de Gladys y Cristobal, mi padre fue compañero de curso en la Universidad Nacional de Cordoba, los tres arquitectos.
    Recordar al Ing Fernando Vega, paraguayo, gran ingeniero que asesoro a muchas empresas en nuestro Pueblo, en fin fue un grupo de amigos muy queridos.
    Como me voy a olvidar del tiempo que pasaron toda tu familia con Sixto y Lissi en Santa Cruz.
    Un cordial saludos a todos tu hermanos.
    Pili

  3. Hola Familia, soy Judith Montané, la hija de Sixto Montane y Lisi , seguro que me recordaran al igual que a mis hermanos , Gisela, Patrícia ,que ya dejo una nota y Victor.
    A esta gran familia Roda , les agradeceré toda mi vida , ya que mi infancia , en los meses de verano las pasaba con ellos y dándonos albergue en casa del tío Chacho donde vivía la abuela Stael , la adorábamos !! Era un ser especial, carñosa, todos los adjetivos que se le pudieran poner, una gran persona como la describieron .
    Sus hijos y parejas, para nosotros, nuestros tíos y los hijos de estos nuestros primos , cuantos años han pasado y leyendo una y otra vez , esta hermosa historia, se me caen las lagrimas de la nostalgia y es como si fuera ayer , los recuerdo a cada uno y los llevo en mi corazón !!
    Me encanto que publicaran esta historia , en
    conmemoración a la familia Roda y sus descendientes que dejaron en Santa Cruz (BOLIVIA)
    Besos a todos ustedes y muy agradecidos !!!!!

  4. Más de 100 años de una interesante historia familiar muy bien plasmada por el autor!

  5. Soy Cresencio Sandalio Indigena Guaraní Isoceño me gustó una frase de don Cristobal q le dejo a sus hijos q su primera empresa fue su familia, de ese calibre de padre necesitamos para presidente de Bolivia

  6. Que hermosa familia..pionera del desarrollo cruceño y nacional..el sr Recaredo y la sra Stael..nos legaron a los cruceños una estirpe de personas de ejemplar modelo a seguir..felicidades familia Roda..Daza..les brindo mi admiracion…

  7. Como no recordar a din Salvador y la señora María!!. Al igual que a Paco y Paquita. Gracias por los detalles, enriquecen la historia

  8. Gracias a toda la familia Maldonado por interesarse en nuestra historia de vida familiar!!

  9. Así mismo es señor; sentimos un orgullo inmenso de nuestros abuelos, tíos y primos!
    Gracias por su comentario e interés

  10. Lo que se siembra se cosecha, yo conoci a Don Cristobal Roda (padre) Bco. Cochabamba y a Cristobal Roda (hijo) en Gladymar cuando trabajaba ahi, personas comprometidas con su trabajo

  11. Muy interesante excelente familia, conosco a, Don Cristóbal Roda un cruceño de cepa que educación yo vivo hace 32 años y se del trabajo de la familia roda

  12. Linda historia de una gran familia tuve la oportunidad de trabajar en la cerámica margla, ahí conosi a don Cristóbal,un gran señor Dios lo tenga en su Santa Gloria.

  13. Una historia de una gran familia,.. tuve el privilegio de formar parte de una de sus empresas del grupo (Gladymar) y los valores que inculcó Don Recaredo y Sra. Stael llegó hasta los trabajadores, con el ING. Walter quien nos reflejaba día a día sus valores de amor a la familia, gratitud a Dios, y sobre todo el arduo trabajó, que a la par con nosotros lo realiza.
    agradecido por las enseñanzas y su aporte al desarrollo del país, .. muchas Felicidades Flia. Roda..

  14. Muy interesante, y muy bueno de la familia conservar tradiciones y valores, muchos no exploramos a fondo nuestras raíces.

  15. Sorprende ver la calidad de hombres y mujeres que vivieron generaciones pasadas, siento vergüenza ver que valores y principios como el de poner a la familia primero se han olvidado y por ello la vida de familia actual dista cien años luz de lo que familias como los Toda, fueron.
    Gracias por ésta biografía maravillosa, lo viví como si se tratara de una película y las fotos y anécdotas le dieron vida…. A una vida y tiempo pasado en el que me habría encantado vivir.

  16. Que linda historia
    realmente que orgullosos deben sentirse todos los que pertenecen a esta flia.roda daza
    ejemplo de padres que tuvieron
    yo contento xq tuve un trabajo eventual con la flia.
    en una reunion que ellos hicieron hace unos 25 años
    y todos muy buenas personas
    muchas felicidades a esta linda familia.go

  17. Gracias por compartir la historia de su familia. de parte de la Familia Maldonado – Pether Jannz Maldonado Perez

  18. Linda historia de la familia Roda Daza,dejaron un hermoso legado,..mi mami también se llamaba Stael,un nombre poco común

  19. Que hermosa historia de don Recaredo y la Sra Stael de los cuales dieron hijos muy pero muy importantes para nuestra amada santa cruz..lo leí con calma y detalle y recordé la casa chane ..la casa 3n la calle Bolívar y aroma lo cual yo vivía cerca (criao por la familia solares aponte) al frente del Kinder Ana barba ..muy hermosa historia Dios los bendiga siempre familia Roda Tarradelles

  20. Felicitaciones para la familia Roda por contar su trascendencia de su familia y que son un ejemplo para seguir para las familia Bolivianas principalmente las familias cruceñas .
    Atte. Casa del turbo.

  21. Que bonita familia ejemplo de padres, si todos los padres de ahoran fueran asi, tuvieramos unos hijos para servir a la sociedad, me gusto mucho leer sobre esta familia

  22. Que tal Charles
    Cuanto me alegro que hubieras recordado a esos valientes inmigrantes que vinieron hacer parte del desarrollo de hoy, nuestra querida Santa Cruz.1
    La colonia de españoles aunque pequeña pero muy unida.
    Los Tarradellez, Ustedes los Gonzalez, Los Cirbian, Los Ric, Los Sauto entre tantos otros y los vecinos de aquel barrio, Los Urenda, Terceros Banzer, Villarroel, Pitari, entre tantos otros.
    Pusieron el hombro y supieron formar grandes familias.
    Coincidiras conmigo que:” No hay tierra como mi tierra”
    Saludos

  23. Soy Charles Suarez Gonzalez, hijo de (Mario) “Michi” Suárez y Teresita González (Tery) Muy conmovido por tan hermosa semblanza de los orígenes de la familia Roda-Daza, con quien nos une un gran cariño aprecio desde la niñez, por ser nuestra madre (Teresita) muy amiga de “tía” Nena (de cariño) a quien desde niño visitábamos, y guardamos hermosos y entrañables recuerdos por el cariño, aprecio y orígenes comunes que nos unían. Hoy cercanos con Maely, Javier, Chicho, Marcia, a quienes me une el aprecio y la vocación de servicio en la obra social. Quiero expresar que su hermosa historia se entrelanza con las nuestras, me refiero a la familias de Ricardo Gonzalez Lobo, español de Aranda de Duero, donde tuve la bendición de conocer, la tierra de mi abuelo en España, de donde salió destino a Santa Cruz, con los Cirbianes, Tarradelles…¡Felicidades hermosa y digna familia Roda..una historia, un legado, digno de destacar, por ser una de las familia más unidas y ejemplares que contribuyó al desarrollo de nuestra amada Santa Cruz. ¡Que Dios continúe bendiciendo su legado por generaciones y generaciones!

  24. Qué gran aporte a la memoria histórica cruceña. Sin duda una historia que inspira esfuerzo y sacrificio para superarse a uno mismo. Realmente debieran pensar en llevar al cine la vida de don Recaredo. Si antes admiraba a la familia Roda por sus emprendimientos, hoy lo soy más por los valores humanos transmitidos por el patriarca de la familia.

  25. Que alegría de leer algo de las familias que han contribuido al desarrollo de éste pueblo, tuve la dicha de conocer a Enrique a través de un amigo en común

  26. De impacto, un gran matrimonio y una gran historia, que brinda armonía al ser leída, felicidades por más años por venir

  27. Fue un gusto leer la historia de esta gran familia con su gran aporte al desarrollo de nuestro país……felicidades flia…Roda

  28. Me encanto esta historia de esta familia Roda y Daza una historia para recordar y admirar linda la historia una fusión de origen y apellidos

  29. Buen ejemplo de vida; digno de ser imitado.
    Muchas felicidades, a la familia Roda Daza.

  30. Coqui
    Seria muy hermoso conocer los origenes de tu familia. Tuve la suerte de conocer a tus padres y tios, pues desde chico asitia a la maestranza por trabajos a realizar
    saludos
    PILI

  31. Patricia,
    Estamos con una duda, si realmente la foto que aparece Ninki y Cristobal , frente a la casona en Chané, ¿es con tu mami Lissy?
    ¿Nos podrias confirmar?

  32. Muy buen relato, dn. Cristobal Roda D. Fue su jefe/patron de mi querido padre, lo vi en alguna ocasion y vi su forma de conversar con su gente.

  33. Muy buena historia, digna de ser leída y difundida. Orgullo y satisfacción haber compartido aulas con uno de sus descendientes!!

  34. Muy linda e interesante la historia de la familia a Roda.
    Particularmente me fascina la historia familiar de las personas.

  35. Gracias por hacernos conocer la historia de personajes, que marcaron en el desarrollo de Santa Cruz y Bolivia

  36. Me impresionó mucho esta hermosa historia muy bien escrita por el autor. No conocía nada de la familia Roda. Ahora puedo comentsrlo con mi familia y amigos de la importante vida de trabajo y sacrificio de esta familia.

  37. Hola Patricia!!. Que maravilloso poder encontrarnos después de tantos años por medio de esta historia. Dame por favor tu numero de telefono pars poder saber de todos ustedes. Los quiero mucho!!

  38. Que belleza de historia, soy tambien de descendiente europeo, que tuvieron negocio en la calle florida y 21 de mayo, y me hicieron viajar al pasado recordando a la gente trabajadora y emprendedora de esos tiempos, con buenos principios, que hasta ahora son inculcados a nuestros hijos.

  39. Caramba!!!! Hermoso trabajo, detallado en muchos aspectos, incluyendo datos reales de todos los desendientes, haciendo q los lectores noten el pesado trabajo q tuvieron para realizarlo. Muchas gracias a Elena y Chachi, por transportarnos imaginariamente a esos tiempos en SC. mostrandonos diferentes costumbres en un diario vivir normal de los habitantes de ese entonces, q actualmente estan casi extintos.

  40. Muy pocas veces me intereso por historias de familias,pero cuando lei el titulo de esta historia,me llamo la atencion primero por lo que representa la familia Roda en Santa Cruz y por saber el origen de la familia. Nunca hubiera imaginado su descendencia Española,juraba que era Turca; exelente, muy buena historia,como para hacer una pelicula,lo digo por la parte en que don Recaredo sale de España y llega a Santa Cruz.

  41. Marcos Grisi… Que historia más maravillosa, gracias por transmitir los legados familiares de esfuerzo y trabajo, serán de gran ejemplo en este tiempo donde la economía del país se fragmenta por la pandemia y muchos no saben que les depara el futuro… Esto nos enseña que con tenacidad se pueden forjar familias fuertes!!!

  42. Realmente que historia tan agradable de leer y conservar, felicidades por la linda familia atte

  43. Hola a todos, que alegría leer esta reseña de la historia de la familia RODA. Los momentos que vivimos en la casa de Chané junto a mis padres Sixto V. Montané y Lissy Gleiss y tambien mis hermanos Victor, Gisela y Judith.
    Siempre los consideramos como nuestra familia de Santa Cruz de las Sierras a pesar que el tiempo nos mantuvo alejados, con este relato es como si nos volviera a juntar.
    Gracias Saludos. Patricia Montané

  44. Coqui anglarill, hermosa historia, como para hacer una pelicula de gente que ha dejado sus huellas y los descendientes son parte ya de santa cruz, lo que es hoy. Yo tambien soy descendiente de español Antonio Anglarill Pique , catalan de la provincia lerida. Felicidades pili.

  45. En estos días de cuarentena, no me queda más que agradecer al Sr. marcos Grisi por este relato de vida que me conmovió muchísimo, por esa tenacidad y empeño del Sr. Roda que siendo inmigrante triunfo en nuestro país, no solamente en lo económico sino en lo familiar por el legado que dejó en su familia…Felicidades.

  46. Excelente historia, lo cuál permite conocer como gente emprendedora ha apostado por el desarrollo de esta hermosa ciudad.

    Saludos.

  47. interesante relato de la vida de la familia roda daza que se sigue escribiendo todavia, se demuestra que santa cruz siempre fue a pulmon de sus hijos y nada del gobierno central

  48. Que bueno fue revivir la historia de nuestra familia, y eso que fue solo la punta del ovillo; quedaron muchas anécdotas en el tintero.

  49. Gracias Pili y Maely por la iniciativa.

    No solamente será bueno para crear identidad familiar en nuestros hijos.
    También es un buen aporte para la historia de Santa Cruz.

  50. Muchismas gracias Sr Marcos, excelente trabajo, no me queda más que aplaudir, me siento orgullosa de llevar el apellido Roda, pues el legado dejado por mis abuelos es la mejor herencia, infinitamente agradecida Tatiana Pereyra Roda

  51. Una linda historia, una hermosa familia y un reconocimiento especial a ella… Con mucho cariño de la Familia Ric, que de alguna manera estamos en Bolivia por influencia del sobrino de don Recaredo, Paquito Roca, que desde Francia siempre habló y muy bien de esa lejana Santa Cruz y de su querido tío don Recaredo Roda.. también de habla catalana y fue la única familia que conocimos y tuvimos amistad en esta. y si permanecimos en estas difíciles tierras de aquellos años, fue por la familia Roda
    La sra Stael, también fue un factor importante en la consolidación de nuestra familia en esta

  52. A través de esta historia brindamos nuestro tributo a los abuelos Recaredo y Stael, por tantas enseñanzas que nos dejaron y los valores inculcados; los seguirán todas nuestras generaciones. Es una promesa abuelitos!

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