Cada gato en el refugio de Lilian tiene una personalidad diferente: Roque da la bienvenida a los felinos nuevos que llegan, Kendra y Ninina son amigas inseparables, Celeste se queda en la cama y Martín, el gato negro, recibe a las visitas humanas con cariño.
Actualmente hay más de cuarenta gatos que viven en el hogar. En el texto que leerás a continuación, ella describe cómo algunos ingresaron, el tipo de tratamiento veterinario que se les brindó y la personalidad que tienen.
Este relato complementa la historia de Lilian. Si quieres leer la primera parte, por favor sigue este enlace.
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ROQUE, EL QUE DA LA BIENVENIDA A OTROS GATOS
Roque es uno de los gatos más sociables de los que viven en el refugio. Fue rescatado de la calle en las inmediaciones de un mercado popular.
Él siempre está presente cuando llega alguien. Saluda, busca cariño y se hace ver. Es muy comunicativo con la gente y con otros animales. Cuando llega un gato nuevo, le da la bienvenida, le acicala y se pone a su lado, como aceptándole. Así, tranquiliza a todos los refugiados que llegan.
PATRICIO Y PATRICIA, ABANDONADOS EN UNA IGLESIA
Este es Patricio. Fue abandonado junto con sus siete hermanitos en una caja debajo de la puerta de una iglesia por el centro de la ciudad. Me dieron mucha pena, así que traje a todos ellos al refugio. Como no podía hacerme cargo de ocho bebés al mismo tiempo, pedí a un hogar temporal que me ayude a cobijarlos.
Un hogar temporal es un lugar donde reciben y cuidan animales por algunos días. La condición es que el dueño de los animales se hace cargo de llevarles comida, leche, medicinas o lo que necesiten.
En el refugio nos quedamos con dos, los llamamos Patricio y Patricia. Fue complicado. Dar mamadera a gatos o perros pequeños requiere de mucho cuidado porque hay que darles poco, pero seguido, sino empiezan a llorar. Se les alimenta en promedio cada dos horas.
A los cinco meses, cuando ya estaban listos para irse en adopción, se contagiaron con sarna de algún lado. Curar esta enfermedad de la piel en un gato no es fácil: hay que cuidarlos permanentemente, levantar defensas, darles buena alimentación, cumplir con la medicación y demás.
La curación duró unos tres meses, hasta que estuvieron con el pelito en buenas condiciones. Para entonces ya tenían diez meses. Cuando los gatos son grandes, es difícil darlos en adopción porque suelen volver.
Los dimos en adopción pero, al segundo o al tercer día, nos llamaron para decirnos que no se acostumbraban al lugar, que lloraban mucho y querían irse por los techos. Los dueños de la casa era muy amorosos, me consta: se trataba de una señora mayor con una hija de dieciséis años. Aun así, los gatitos no quisieron estar allá.
Tenía mucho miedo de que se perdieran, así que los recogimos. Otra vez los pusimos en adopción. Una vecina de barrio se interesó, pero solo quería a uno. Separamos a los hermanos. El resultado fue que el gato adoptado volvió por los techos de las casas.
Mi decisión final fue que se queden. Y aquí siguen. En la foto está solo Patricio, su hermana está por algún lugar en el refugio.
DENNY, LA PERRA MAMÁ DE LOS GATOS
Denny vino hace dos años aproximadamente. Ella debe tener unos siete años, porque ya está con canas en la cara, en los ojos y en el hocico. Es una perra súper buena, esterilizada.
Acoge a todos los gatos como si fuera su mamá. Como es muy peluda y grandota, en los días fríos de invierno ellos se acuestan a su alrededor para que les de calor.
También es muy amiga de Rufo, el perrito Pincher chiquito que también está en el refugio. Él la tiene como su mamá: se acuesta entre sus patas delanteras, le limpia los ojos, la acicala y le hace mimos.
Denny es una perra sumamente tierna. No pelea con nadie, se lleva muy bien con los gatos; le gusta estar afuera, en la grama, es muy obediente.
HIJO, EL PERRO GRUÑÓN
Hijo era el perro cuidador de una fábrica en las afueras de la ciudad, en el mismo barrio donde yo vivía antes. Venía a comer de vez en cuando a la puerta de mi casa.
Un día vimos que vino babeando, sin sus dientes delanteros y con la mandíbula inferior desencajada. Un auto lo acababa de atropellar. El pobre animal no podía comer ni tomar agua. La gente de la fábrica no quiso auxiliarlo y lo dejaron en la calle. ¿Qué te queda humanamente por hacer, cuando ves a un animal en esas condiciones? Lo llevamos a la veterinaria para curarlo.
Al final se quedó a vivir con nosotros. Ahora está recuperado y esperemos que siga bien. Es un perro viejo, a veces malhumorado con otros perros, pero no con los humanos. Hace un tiempo encontramos una verruga en su pata, se le hizo un examen de laboratorio y el resultado dio que tenía cáncer de piel. Está en tratamiento desde entonces.
Le gusta salir afuera, a la calle, con correa y collar. Es un tanto peleador con la comida, no le gusta que se acerquen. Nadie le puede quitar su lugar para dormir en el sofá (como está en la foto). Es un perro sumamente agradecido, como todo animal que viene de la calle.
MARTÍN, UN GATO NEGRO MUY SOCIABLE
Él es Martín, un gato muy sociable. Tiene una buena relación con los humanos, con otros gatos y con los perros. Debe tener unos siete años. Cuando alguien viene de la calle, está siempre atento y va a buscar cariño.
Llegó a la casa porque la señora que hacía la limpieza lo descubrió. Estaba oculto en unas matas en la calle, llorando porque había sido mordido por un perro y tenía mucho dolor. Como la señora sabía que yo tenía un refugio de gatos, lo trajo acá. Me encargué de hacerle el tratamiento para que sane su herida, que estaba infectada; la mordedura le llegó muy cerca del pulmón.
Luego de un tiempo de vivir con nosotros, le salió un hematoma en una de las orejas. Eso puede suceder por un golpe o porque se rasca mucho. Fue difícil curarlo, entró tres veces a cirugía. Al final sanó, pero su oreja quedó caída y arrugada. Su conducto auditivo está en buenas condiciones, pero la parte externa quedó atrofiada.
Lo puse en adopción, pero nadie quiere un gato negro con una oreja así. Es muy dulce, es un buen gato.
NENA, LA GATITA SIN DIENTES
Esta gatita se llama Nena. Hace muchos años que vive con nosotros. Es una gata que entró con calicivirus, un virus que ataca a los gatos. Esa enfermedad no se cura, pero se controla. Cada tanto le bajan las defensas y, cuando eso sucede, comienza a tener algunos problemas de salud.
El calicivirus le causa llagas en la boca y en la garganta, lo cual le produce dolor al comer. También ha tenido sarna y hongos. Se le cayeron todos los dientes. Come alimentos remojados o suaves porque no puede masticar.
Esta es otra de las gatas que se ha quedado a vivir con nosotros porque no se la puede dar en adopción. Nadie la cuidaría.
KENDRA, AMIGA DE NININA
Esta es Kendra. Un día apareció afuera de mi casa, creo que la dejaron. Es una gata particular, no le gusta mucho el contacto humano, es muy independiente. No araña ni muerde, simplemente toma distancia con los humanos. Muy de vez en cuando se deja acariciar. Ella no entra a los dormitorios, solo se queda en la galería.
Kendra es muy amiga de otra de las gatas, Ninina, quien tiene una malformación ósea y apenas puede caminar. Por alguna razón se hicieron compañeras inseparables. Yo creo que los animales tienen amistad unos con otros.
NININA, AMIGA DE KENDRA
Ella es Ninina, es la compañera, amiga, socia, de Kendra. Ninina tiene una malformación congénita en los huesos de su columna y en las patas traseras.
Originalmente vino de una señora norteamericana, muy cuidadora de los animales, quien tenía demasiados a su cargo y necesitaba separarlos. Un día me pidió si podría cuidar a la gata por un tiempo hasta que arreglara su situación, ya que no se la podía dar en adopción.
La idea era que Ninina se quede solo unos días, pero se fue haciendo cada vez más amiga de Kendra y, al final, se quedó aquí en el refugio. Ellas son inseparables, donde está una está la otra: duermen juntas, comen juntas, son muy amigas. Muchas veces me pregunto qué pasará cuando una de ellas se muera, qué sucederá con la otra, no sé si tendrá ganas de seguir viviendo.
LOS TRES GATITOS NUEVOS
Este gatito gris es uno de tres hermanitos que ingresaron al refugio hace poco. Estaban abandonados en una plaza y los trajimos aquí. No tienen nombre todavía, estoy buscando que se vayan en adopción.
Para entregar un gato en adopción debo enterarme primero de quiénes serían los próximos dueños. No a cualquiera que dice “quiero un gato” le puedes dar uno. A veces los quieren para cazar ratones y no les dan de comer, así que yo me fijo bien qué tipo de personas son antes de darles gatos.
Voy físicamente a la casa de los posibles adoptantes, averiguo con los vecinos qué saben de ellos, quiénes son, cuántos viven en la casa y si son buenos con los animales. En definitiva, nunca sabes la verdad de la historia: una cosa es lo que ellos te dicen y otra cosa lo que realmente es.
Este bebé, que está hace diez días con nosotros, vive buscándome para subirse en mis brazos y que lo acaricie. Es muy dulce. Está en tratamiento ahora, tiene problemas de piel, en su cola.
MÍSTER GRIS, ABANDONADO EN LA VETERINARIA
Este chico de cuatro patas es Míster Gris. Fue llevado por sus anteriores dueños a una veterinaria muy conocida de la ciudad para que lo castraran. Aparentemente ya había tenido un problema antes, fue atropellado o algo así, porque quedó mal de un ojito. El hecho es que nunca más lo fueron a buscar y lo dejaron ahí.
Yo iba a esa veterinaria regularmente por otro gatito que estábamos cuidando. Lo veíamos todos los días, encerrado en una jaula grande. Los cuidadores nos contaron que, cuando no había gente, lo sacaban de su jaula. Comía comida de perro. Él andaba por ahí, buscando cariño y amor.
Preguntamos si nos lo podíamos llevar. Dijeron que sí y aquí está desde entonces. Posiblemente, a consecuencia del accidente que tuvo, sufrió una descompensación en su comportamiento. A veces le viene una especie de ataque de locura. Cuando esto sucede, corre por todo el patio y el jardín, incansablemente, hasta encontrar alguien a quien pegarle. Entonces, hay que atraparlo y darle un medicamento para calmar su sistema nervioso que en ese momento está alterado. Al día siguiente está otra vez tranquilo. Esos ataques le vienen cada tres meses.
Míster Gris conserva aún casi toda su dentadura. Se limpia solo. Es un excelente gato, muy cariñoso e independiente. También tiene calicivirus.
MUMMY, MI GRAN COMPAÑERA
(La descripción de Mummy llegó unos días después de su fallecimiento. En la foto, está en su lecho convaleciente).
Ella es Mummy, fue mi gran compañera por muchos años. Es otra gatita a la que encontramos en estado de abandono. Desde el vientre de su mamá estaba mal alimentada, mal cuidada. Sus primeros meses han debido ser así, viviendo en la calle.
Era muy enfermiza, todos los años que estuvo conmigo sufrió con sus defensas, que subían y bajaban. Al igual que un ser humano, un gato que tiene defensas bajas es susceptible de contraer cualquier enfermedad que esté circulando en el ambiente.
Cuando yo llegaba a casa, Mummy venía a la puerta a recibirme. Esperaba que me cambie de ropa y pedía subir a mi hombro. Le daba permiso y se trepaba feliz, sin querer bajarse. La mantenía ahí, alrededor de mi cuello por media hora o una hora, mientras hacía algunas labores en el hogar.
Un buen día enfermó y tuvimos que llevarla a la veterinaria. Por la gravedad que tenía, el médico me pidió que la interne, pero no me gusta dejar a mis gatos solos en la veterinaria, prefiero traerlos a casa para que se queden conmigo. Es un gran sacrificio y gasto, porque no tengo auto propio. Así fue con Mummy.
A pesar de todo lo que se hizo por ella, no la pudimos salvar.
Fue mi gran compañera. Ya no está conmigo físicamente, pero está en mi corazón. La amo profundamente.
CELESTE, LA GATA DE LA CAMA
La que está en la cama es Celeste. Es una gatita que encontramos en pleno invierno, a lado del tronco de un árbol, un día de lluvia. Estaba junto con otro gatito que ya no está con nosotros, que se llamaba Tilo. Los dos eran tan pequeñitos que tenían los ojos cerrados todavía, creo que iban por los diez o quince días de nacidos.
Ambos se alimentaron con leche de mamadera. La noche que llegaron los alimentamos con jeringa porque sus boquitas eran muy chicas. Les dimos leche especial de gato que se compra en las veterinarias; es una leche cara pero especial para prematuros, o cuando son muy pequeños y se quedan sin madre.
Celeste y Tilo fueron criados de esa manera. Han tenido siempre sus defensas muy bajas, por lo que toman medicamentos continuamente. Cuando Celeste cumplió seis meses, apenas pudimos hacerla esterilizar, por su estado de salud tan débil.
Nos dio miedo darla en adopción porque hay que estar vigilándola constantemente. De un momento a otro se enferman de una cosa u otra, entonces si uno no sabe y no maneja bien la situación, no se da cuenta.
Con el correr del tiempo ella adquirió calicivirus, la enfermedad que le da a los gatitos. Tiene una calidad de vida razonablemente buena. Tiene muy pocos dientes, la mayoría se le han caído. Ella sale al jardín, hace sus necesidades y se trepa a los árboles, a pesar de que ya tiene quince años de edad.
Tilo, su hermanito, murió hace dos años por insuficiencia renal.
Celeste es una gata súper mimosa. Es gata de cama.
CARLOTO, RESCATADO DE LOS TECHOS
Este es Carloto. Su mamá vivía encima del techo donde yo trabajaba. Ella solo bajaba para comer. Era muy huraña, no se dejaba tocar y nunca pude esterilizarla.
Un día de mucho sol oímos el llanto de unos bebés de gato encima del techo. Conseguí una escalera para ver qué pasaba. Encontré dos gatos bebés, sin su mamá. Los pude bajar y los traje al refugio. También pude agarrar después a la madre, esterilizarla, y traerla también al refugio. Uno de sus hijos lo pude dar en adopción.
Carloto nunca pudo ser dado en adopción, es bizco y súper huraño. Si te acercas a él para acariciarle, se va. Sin embargo, cuando quiere, viene a buscar cariño. No es muy sociable, es independiente y guarda distancia. Ese distanciamiento puede deberse a las experiencias que ha tenido.
La historia de un animal que está en un refugio es dolorosa, sus células guardan memorias de lo que han vivido: hambre, necesidades, maltrato, enfermedades, soledad, abandono. Respeto mucho a los animales en general. Sobre todas las cosas, respeto el pasado de cada uno de ellos.
MUÑECA, ENFERMA CON LEUCEMIA
Ella es Muñeca. Cuando tenía solo dos meses de edad se puso muy enferma. En la veterinaria, a la que voy regularmente, le diagnosticaron leucemia. Ella estaba tan mal y sufría tanto que pensé en ponerla a descansar.
Antes de tomar ese paso, hice una última averiguación. En una veterinaria, algo lejos de aquí, me dijeron que acababa de salir un medicamento que la podría curar y me propusieron darle una oportunidad. Las probabilidades eran muy bajas, pero decidí probar. Así empezamos el tratamiento.
Se le aplicó el medicamento el primer día y la traje de vuelta al refugio. Un par de días después volví para que le apliquen la siguiente dosis. Llegar a la veterinaria me tomaba cuarenta minutos en transporte público de ida y otros cuarenta de vuelta.
Noté que había una pequeña mejoría. A la tercera dosis, ya estaba comiendo y caminando, se dejaba acariciar. Le importaban las caricias, las sentía, las disfrutaba. Con el paso de los meses, ella se fue quedando.
No la podía vacunar porque sus defensas estaban muy bajas. Tampoco la podía hacer esterilizar porque le faltaban las vacunas. Era como un círculo. Me vino muchos nervios de que ella pudiera quedar preñada porque se estaba poniendo grande. Logré convencer a una de las veterinarias para que la opere. Afortunadamente salió muy bien de la cirugía.
No tenía nombre para ella porque se iba a ir en adopción. Después, cuando tuvo su problema, pensamos que se moriría y tampoco le pusimos nombre. Le decimos Muñeca, pero en realidad nunca quedó con un nombre fijo.
Es una gata preciosa, está esterilizada, y obviamente siempre está con vigilancia por la enfermedad que ha sufrido. Es una gata que juega, va, viene, come y está muy bien. Se quedó chica, no creció, seguramente por la leucemia que tuvo en su momento. Tendrá dos o tres años, es una bella gatita.
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Notas del editor:
El texto que leíste se basa en entrevistas y posteriores revisiones con Lilian el año 2019.
La redacción y edición son de Marcos Grisi Reyes Ortiz.
Si deseas comunicarte con Lilian, escribe a su correo electrónico lilian.refugiodegatos@gmail.com
Si quieres leer su historia personal, por favor sigue este enlace.
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