Fernando Gallo: gerente de calidad en Droguería Inti

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Mi relación con Droguería Inti empezó cuando yo tenía 39 años y ya había trabajado en otras empresas en la industria farmacéutica. En ninguna de ellas estuve más de 6 años. En Inti, sin embargo, ya tengo más de 31 años de trabajo.

Puedo decir con satisfacción que soy feliz con lo que hago. Esta felicidad laboral, que también me da una paz en el hogar, se la debo a la empresa.

Una de las razones para quedarme tantos años, sino la principal, es la cultura corporativa que hay aquí. Son muchos aspectos muy positivos que, además, coinciden con mi forma de ver las cosas y mi personalidad.

CÓMO ES LA CULTURA CORPORATIVA DE INTI

Por un lado, está la verticalidad y la firmeza que tiene la empresa. Cuando hay que tomar decisiones, se las toma. El Dr. Schilling tenía ese tipo de personalidad. Coincidentemente, yo también soy bastante vertical en mis decisiones. Si tengo que hacer algo, lo hago directamente, no doy vueltas.

Otro aspecto que me gusta de la empresa es la búsqueda de mayor conocimiento. El hecho que la empresa esté en el sitial en que se encuentra, tanto de avance tecnológico como de crecimiento institucional, se debe a ello, a la innovación y la mejora continua. Y nosotros, como seres humanos, también buscamos crecer como personas, progresar y desarrollarnos. Es afortunado trabajar en una empresa que tiene el mismo ímpetu de crecimiento que uno.

En cuanto a la sensibilidad social, Inti tiene varios programas de apoyo al trabajador y a la comunidad. Uno de ellos es el programa de violencia contra la mujer, al cual toda la compañía se metió de lleno. También están la guardería para los niños de las trabajadoras, la prestación médica gratuita en la planta, el servicio de comedor que brinda la empresa, el transporte hacia la ciudad en buses alquilados y otros programas de apoyo social.

En ese sentido, en lo personal, la sensibilidad social es el deseo de servicio, el querer ser útil a mis compañeros de trabajo, el tener siempre las puertas abiertas de mi oficina. Si alguien viene y me comenta algo de tipo personal y puedo servirle de algo, pues estoy para ello.

Y, por último, está el estilo de gerenciar. Mi estilo se basa en tomar decisiones cuando las tengo que tomar, delegar funciones cuando las tengo que delegar y supervisar y dar oportunidades a todos para que puedan progresar. Este punto es muy importante y en eso coincidimos con la empresa un cien por ciento, en dar la oportunidad a todos para que puedan desenvolverse y desarrollarse desde el punto de vista profesional y personal. Este tipo de manejo lo he aprendido en parte del Dr. Schilling y de Christian, y en parte es natural en mí.

SIENTO QUE LA EMPRESA ES MÍA TAMBIÉN

En Inti siento algo que no percibía en las otras empresas donde trabajé. Aquí siento que también soy dueño de la empresa, aunque en términos legales no lo sea.

Para que este sentimiento suceda, la alta dirección debe acompañarte en tu crecimiento personal y cuidar de tu bienestar como ser humano. Eso genera un vínculo de pertenencia que va más allá de una relación laboral.

ALGO SOBRE MI VIDA PROFESIONAL

Yo nací en Tupiza, Bolivia, en 1948, hace 70 años. Estudié en la Universidad San Francisco Xavier de Chuquisaca la carrera de Bioquímica y Farmacia y egresé el año 1971. No pude defender mi examen de grado inmediatamente por el golpe de Banzer de ese año, cuando cerraron las universidades. Recién me titulé oficialmente en 1973.

Realicé mi primer trabajo en el hospital Santa Bárbara en Sucre, en el período cuando terminé mis estudios. Allí hacía preparaciones magistrales y labores de oficina durante un año y durante otro año trabajé haciendo análisis clínicos.

Posteriormente, me vine aquí a La Paz, donde trabajé en los laboratorios farmacéuticos ESFASA – Andreu Bolivia en la visita médica. De ahí me fui a Comibol a trabajar dos años y medio en el hospital Santa Elena de Huanuni como Regente Farmacéutico y, en ausencia del bioquímico, también realizaba análisis clínicos.

El siguiente puesto que tuve fue por más tiempo, en la empresa SACI (Sociedad Anónima Comercial e Industrial), donde trabajé por 6 años. Me tocó estar a cargo de toda la parte de importaciones en una época muy complicada, como fue el inicio del período de la hiperinflación, a principios de los ochenta.

Al salir de SACI, presenté mi solicitud para trabajar en varios laboratorios, entre ellos estaban Inti, Vita y otros más. Me llamaron de Vita inmediatamente y comencé a trabajar ahí. Estuve en esa empresa casi cinco años.

MIS PRIMEROS CONTACTOS CON INTI

En ese entonces había una organización, que ha desaparecido a la fecha, llamada ABOFARBI, la Asociación Boliviana de Bioquímicos Farmacéuticos de la Industria. Ahí conocí al Dr. Gonzalo Muñoz Reyes, quien ya trabajaba en Droguería Inti.

Gonzalo era uno de los colegas que formaba parte de la asociación. Un día me llamó para preguntarme si me gustaría trabajar en Inti, porque estaban buscando personal farmacéutico con experiencia en la industria farmacéutica. Yo recordaba que cinco años antes había enviado mi currículo a Inti, así que le dije que sí, que estaba interesado.

En ese tiempo, Inti y Vita (mi empleador en ese momento) eran competidores muy cercanos. Había algunas cosas que me llamaban la atención de Inti y algunas que no me gustaban de Vita. Unos días después de hablar con Gonzalo, él me llamó para decirme que el Dr. Dieter Schilling quería entrevistarme.

En la entrevista, el doctor me preguntó por qué me interesaba trabajar en Inti. Le contesté que me llamaba la atención que Inti no solamente producía productos propios de la empresa, sino que tenía representaciones muy importantes del exterior, lo cual influía en la tecnología que utilizaban. Me parecía que Inti estaba más abierta a la innovación, al cambio y se notaba que la alta gerencia tenía esa mentalidad.

El doctor me dijo que no iba a pagarme más que en Vita. Incluso iba a ganar menos, porque a pesar de que el salario básico se mantendría igual, perdería el bono de antigüedad porque empezaría de cero.

Como anécdota, en la entrevista el doctor me hizo una pregunta técnica, a ver si la respondía bien. Me preguntó cómo se establecen los miliequivalentes de las soluciones parenterales de gran volumen (lo que comúnmente se conoce como sueros). Estaba por responderle, cuando él interrumpió y me dijo: “¡Cómo le voy a preguntar eso si usted hace ese trabajo todos los días!”. Ahí quedamos, ya ni siquiera le respondí.

Me preguntó desde cuando podía empezar a trabajar y le dije que me debía dar un mes, para que deje todas las cosas en orden en mi trabajo actual. De todas maneras, le dije, tenía que hacer un par de consultas antes de confirmarle.

Pregunté a mi esposa qué le parecía el cambio de trabajo. “Ve vos”, me respondió. Mis hijos tenían en ese entonces 6, 5 y un año de edad. Así que era un cambio importante para el futuro de la familia.

Finalmente, confirmé mi cambio. Entré a trabajar a Inti el primer lunes del mes de septiembre del año 1987. Tenía 39 años.

MI RECORRIDO PROFESIONAL DENTRO DE LA EMPRESA

El primer cargo que ocupé en la empresa fue el de jefe de planta en El Alto, trabajo que realicé por nueve años, más otros dos años complementando mi formación y capacitación en otras áreas farmacéuticas. El año 2002 se inauguró la planta de sólidos en El Alto y me nombraron director de aseguramiento de calidad y regente farmacéutico. A partir del 2017, la gerencia general me designó como gerente de calidad, cargo que desempeño ahora.

La construcción de la planta de sólidos en El Alto implicó un cambio en la forma como hacíamos nuestros productos, tanto en la mejora de procesos de verificación de calidad como en el cumplimiento de una nueva normativa muy específica para la industria farmacéutica. Esta normativa, denominada Buenas Prácticas de Manufactura, está contenida en la ley 1737 Ley del Medicamento, promulgada el año 1996 y posteriormente reglamentada el año 1998 con el Decreto Supremo 25235.

Nosotros en Inti fuimos la primera industria en Bolivia en certificar Buenas Prácticas de Manufactura. Obtuvimos el certificado el 29 de septiembre del año 2003. El Dr. Schilling estaba vivo todavía y estaba a cargo de la empresa. Este logro fue posible gracias a la visión de la alta gerencia.

LA CONFIANZA DEL DR. SCHILLING

Cuando se creó el puesto de dirección de aseguramiento de calidad, había varios colegas, tanto damas como varones, que estaban interesados en ocuparlo. Se generaron lógicamente algunas corrientes o tendencias.

Cuando estábamos en medio de esta etapa de definiciones, el Dr. Schilling me dijo, directamente: “Usted se va a hacer cargo” y yo le respondí: “¡Doctor, no le voy a fallar!”. Y creo que no le fallé.

UNA VISITA

Una anécdota que recuerdo con mucho cariño fue la vez que el Dr. Schilling llegó a la planta con visitantes de una fábrica de Alemania, no me acuerdo si era Merck u otra compañía. Toda la visita fue en alemán, por lo cual no entendía nada. Me pidieron que les haga una explicación de la planta y eso hice, con el doctor traduciendo todo lo que yo decía.

Cuando el invitado se fue, el Dr. Schilling me preguntó: “¿Quiere que le diga qué es lo que me ha dicho?” “Usted sabe que no entiendo alemán”, le respondí. “Me dijo que quisiera tener una persona como usted en su fábrica”. Eso fue algo que me llenó y que lo tengo muy presente todavía.

MI RUTINA DIARIA

Yo tengo la buena o la mala costumbre de levantarme todos los días a las cuatro y media de la mañana. Eso me da el suficiente tiempo para ducharme, tomar el desayuno, leer un poco y meditar por unos veinte minutos.

Me enseñaron la meditación en un grupo que tengo de desenvolvimiento espiritual. Son pasos que se dan: primero se respira y después haces un trabajo de la mente sobre la mente. Uno de los efectos de la meditación es que me da más serenidad en mi vida.

Vivo en la zona sur de la ciudad, así que salgo de mi casa a las 6:30 de la mañana y en una hora ya estoy en la planta de El Alto. Empiezo a trabajar a las 7:30, aunque la hora de entrada oficial es a las 8. Trabajo continuo aquí, almuerzo en el comedor común de la planta y me vuelvo a casa aproximadamente a las 5:30 pm.

Me voy a dormir máximo a las 10:30 de la noche, después de ver el informativo de la televisión española, algunas noticias locales y la CNN.

LA FELICIDAD ESTÁ EN DARSE

Yo creo que la felicidad de una persona está en darse. No en dar, como yo te doy esto a ti, o la renuncia de decir: “Te entrego esto”. Este “darse” no es material, sino es darse como persona. El amor, por ejemplo, es darse. Es un poco renunciar a uno mismo.

Yo no puedo definir la felicidad porque la felicidad es un momento, es un instante. Pero si se llama felicidad el darse, entonces yo podría decir que he sido feliz toda mi vida.

EL FUTURO DE LA EMPRESA SIN UN SCHILLING EN LA GERENCIA

En cuanto a la partida de Christian, todo se ha suscitado de una manera tan intempestiva e inesperada que todos hemos sido impactados de una manera emocional y consecuentemente laboral.

Luego de tres generaciones de la familia Schilling a cargo del gerenciamiento y dirección de la empresa (85 años), es natural que todo cambio suscite interrogantes que humanamente se plantea todo trabajador en la empresa, con relación al futuro de la misma y del suyo propio.

Luego del shock emocional generado por la partida de Christian, el Lic. Reyes, profesional con trayectoria y conocimiento de la administración de la empresa, asumió la gerencia general. Considero que es un deber de quienes conformamos la familia INTI, apoyar su gestión con trabajo integrado funcionalmente.

Esta triste experiencia confirma que nada es permanente, excepto el cambio.

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Nota del editor: El siguiente relato corresponde a la Srta. Noemí Tórrez, del departamento de talento humano de la compañía. Por favor siga este enlace.

Si desea ver todos los relatos de la compañía, por favor siga este enlace.

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“Historias de vida”, escritas por Marcos Grisi, están disponibles en Facebook, Twitter, Instagram, Pinterest y LinkedIn.  

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Escrito por

Cada historia que escucho es como si fuera mi propia historia. Y en cierta forma, es la tuya también. Al leerlas, espero que lo sientas así.

4 comentarios en “Fernando Gallo: gerente de calidad en Droguería Inti

  1. Mi padre es el ser humano más maravilloso que existe en este mundo, no sólo por la calidad de profesional que es, sino por el hombre integro, correcto, responsable e invencible, por tener el corazón más noble capaz de entregar todo de sí aún si eso implica quedarse sin algo para él. Siempre pienso que la mayor bendición que tengo en mi vida, es tener un padre como el mío. Solo me queda agradecer a Dios, a la vida y principalmente a mi papito Fernando Gallo por ser mi padre, mi héroe, mi mayor ejemplo y el mejor abuelo para mi hija. Te amo con todo mi ser.

  2. He tenido el honor de conocer al Doctor Fernando Gallo un hombre íntegro tanto profesionalmente como en lo personal un ser humano extraordinario, admirable, ejemplar esposo y maravilloso padre, que no todos tenemos la suerte de conocer personas de tan alto nivel y calidad humana, me siento bendecida y orgullosa, ojalá existieran más personas cómo él, y el mundo sería mucho mejor. Dios lo bendiga!

  3. Fue un verdadero placer haber conocido y entrevistado a don Fernando Gallo. Su definición de lo que es la felicidad («la felicidad es darse») la he repetido muchas veces.

  4. Mi amado esposo Dios guió su vida!!! me siento muy orgullosa de compartir sus éxitos y vivencias .

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