Mirtha Araníbar: cobranzas en La Papelera (jubilada)

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Ingresé a trabajar a La Papelera el año 1986, en el área de Cobranzas. Mi jefe fue el Sr. Rolando Dalence, quien también venía de la banca. En esa época la lista de deudores la escribíamos a máquina todos los días, hoja por hoja.

Trabajé principalmente en el edificio de la calle Loayza. Como asistente del Sr. Dalence recuerdo muchas anécdotas de él que marcaron mi paso por la empresa. Una de ellas, por ejemplo, fue la forma de trabajo que impuso respecto a la parte comercial. Él decía que no hay venta bien hecha hasta que se realice la cobranza, y así lo hacía notar a los vendedores.

Cuando tenía 6 años de antigüedad, en 1992, uno de los cobradores renunció y hubo una convocatoria interna para cubrir ese puesto. En ese entonces, todos los cobradores eran varones. Conversé con mi jefe, y le comenté que quería postular al cargo. Yo sabía que, por la experiencia que tenía, lo podía hacer bien. Había estudiado secretariado ejecutivo y tenía estudios en Psicología en la Universidad Mayor de San Andrés.

Postulé a la convocatoria interna y di los exámenes. Recuerdo que nos reunieron a todos los interesados en la sala de reuniones del quinto piso, y yo era la única mujer. Pasaron unos días sin saber noticias. Finalmente, el gerente de Recursos Humanos me llamó para decir que me daba la oportunidad de trabajar como cobradora, y que tenían confianza en mí. “Tú vas a saber cómo atender a los clientes”, me dijo. “El puesto es tuyo”.

Una vez que me integré al equipo, noté que algunos de mis compañeros eran torpes en el trato con los clientes. Yo les decía que tengan mayor tino, porque en varias oportunidades algunos clientes llamaron al jefe de Cobranzas quejándose del maltrato del cobrador.

En este cargo se debe tener mucha empatía y paciencia con el cliente. El lema es: “insistir, persistir y jamás desistir”. Se debe ir donde el cliente con amabilidad y siempre con una sonrisa, para ayudarle en lo que necesita. Los señores von Bergen y el ingeniero Arnez, gerente general de la empresa, me decían así: “Tú eres la imagen de la empresa”.

LA PICANA DE NAVIDAD

En la planta de corrugado cocinábamos, para celebrar las fiestas de Navidad, la tradicional Picana. Lo hacíamos con entusiasmo y alegría, como una forma de integrarnos con los compañeros de trabajo. Ese era mi aporte para unir a toda la familia Papelera. También estaban presentes en los festejos el ingeniero Conrad y el licenciado Emilio von Bergen. Recuerdo con mucho cariño esos momentos tan felices en mi paso por la empresa.

PARA TERMINAR

He sido parte de la familia Papelera durante 32 largos años de trabajo. En mi nueva etapa de vida, como jubilada, siempre daré gracias por ello. Que Dios bendiga a La Papelera. Muchas gracias.

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La siguiente historia corresponde a la señora Patricia Manjón, jefe de Tecnologías de Información y Comunicación, con 15 años de antigüedad. Por favor siga este enlace.

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“Historias de vida”, escritas por Marcos Grisi, están disponibles en Facebook, Twitter, Instagram, Pinterest y LinkedIn.  

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Escrito por

Cada historia que escucho es como si fuera mi propia historia. Y en cierta forma, es la tuya también. Al leerlas, espero que lo sientas así.

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