Uno de los temas más complicados que enfrenté en mi vida laboral fue la reestructuración de la empresa, que se realizó entre los años 1997 y 2000. Nos vimos obligados a tomar decisiones difíciles.
Los costos fijos eran un peso muy fuerte y nos generaba pérdidas. Teníamos alrededor de mil trabajadores en el grupo, y tuvimos que reducirnos a seiscientos. En la gerencia general estaba todavía Daniel Devivo, pero se estaba retirando, por eso mis hermanos me llamaron para que venga a ayudar. En esa época acababa de terminar mis estudios de MBA.
Fue una etapa muy penosa, porque yo conocía personalmente a muchos de los empleados, e incluso a sus familias. Decirles que ya no podíamos más y tener que despedirlos, era algo que me llegó muy fuerte. El proceso de decidir quién se queda y quién se va fue complicado y doloroso.
CUANDO ÉRAMOS NIÑOS
Cuando éramos niños, mi padre nos llevaba en las vacaciones a la planta y teníamos que hacer trabajos, obviamente no los más bonitos, sino meternos a la tinta, ensuciarnos por completo. Era una linda experiencia estar ahí en la fábrica, convivir con la gente. Por esa razón también fue tan difícil la época de la reestructuración.
LA FAMILIA PAPELERA
Trabajar en una empresa es como estar en una familia. Cada uno de nosotros tiene su propia vida y su mundo. A veces se nos presentan situaciones personales delicadas, y ahí es cuando entre todos nos apoyamos y ayudamos, uno al otro. Eso es lo que hace la familia Papelera.

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La siguiente historia corresponde a la señora Karim Iporre, gerente de Recursos Humanos, con 6 años de antigüedad. Por favor siga este enlace.
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“Historias de vida”, escritas por Marcos Grisi, están disponibles en Facebook, Twitter, Instagram, Pinterest y LinkedIn.
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