La gramática del amor condicional

Tiempo de lectura: 2 minutos

Nuestro idioma tiene reglas muy claras para las oraciones condicionales. Veamos:

“Si tú me amas, yo te amo”. Gramaticalmente, si hay un cierto tipo de rutina o costumbre, se debe utilizar el presente indicativo tanto en la cláusula condicional como en la cláusula dependiente.

“Si mi novia me dice que salió con su ex, no me enojaré, lo tomaré con calma”. Aquí, si una acción se toma ahora y la consecuencia futura es cierta, se debe utilizar el presente de indicativo en la cláusula condicional y el futuro de indicativo en la cláusula dependiente.

“Si no le digo que su compañera de universidad también me flirtea por chat, podría después decidir con cuál de ellas me quedo”. En este caso, si la acción se toma ahora pero la consecuencia futura es todavía incierta, se debe utilizar el presente indicativo seguido del presente condicional.

“Si me hubiera dado cuenta a tiempo que sus amigotes eran unos borrachos perdedores, no estaría ahora con estos problemas de plata”. Para describir situaciones hipotéticas pasadas que son ya imposibles de realizar, se debe utilizar el pretérito pluscuamperfecto de subjuntivo en la cláusula condicional y el condicional presente en la cláusula dependiente.

“Tuve tantas oportunidades para escoger pareja, ¡y de las mejores! En fin, si hubiera sido más escogedora e inteligente, no habría terminado con este marido .” Cuando la situación se refiere a una condición en el pasado cuyo efecto, también en el pasado, es absolutamente especulativo, se debe utilizar el pretérito pluscuamperfecto del subjuntivo seguido del condicional pasado.

Las estructuras gramaticales son clarísimas y no admiten ficciones. La ficción proviene de esperar un cambio de actitud cuando ya no hay remedio, los años han pasado y las canas aparecen por todos lados.

Afortunadamente nuestro idioma nos da una última esperanza gramatical para describir condiciones difíciles pero no imposibles de cumplir, utilizando para esta situación el presente del subjuntivo seguido del condicional presente. Con este último ejemplo concluimos este agotador ejercicio lingüístico: “Si me cuidara más físicamente y fuera más sociable, tendría una fila de pretendientes esperando por mi”.

En fin, soñar no cuesta. Criticar, tampoco.

Escrito por

Cada historia que escucho es como si fuera mi propia historia. Y en cierta forma, es la tuya también. Al leerlas, espero que lo sientas así.

Deja un comentario