Tengo el derecho de estar acá

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Por más que lo consideres tu hogar
porque aquí vivieron
tus padres y tus abuelos,
no importa,
tengo el derecho de estar acá.

Dices que los espíritus de tus antepasados
rondan por cada esquina
y están presentes en cada árbol.
No importa, igual
tengo el derecho de estar acá.

Si me invitaron o si llegué sin avisar
es lo mismo para mí.
Aquí construí mi nueva casa
y solo por eso considero que
tengo el derecho de estar acá.

Alguien dijo que puedes llamar hogar
al lugar donde tu corazón se siente a gusto.
Así es como siento ahora el mío.
Es por eso que digo que
tengo el derecho de estar acá.

Y cuando mi gente se vaya
en el tiempo que les toque,
les podré dar un espacio para volar.
Ese es otro motivo por el que
tengo el derecho de estar acá.

Pero ahora me pregunto…

Cuando los espíritus de los míos
y los espíritus de los tuyos
se encuentren en estos lares,
¿importará realmente
si alguien tiene el derecho de estar acá?

.


Este es un cuento de ficción. Cualquier parecido a una persona o situación que conozcas es pura coincidencia.

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Escrito por

Cada historia que escucho es como si fuera mi propia historia. Y en cierta forma, es la tuya también. Al leerlas, espero que lo sientas así.

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